qne en tou ces estaba en Potosí-á alistarse
en
el
ejército del Mariscal Alonso de Alva–
rado,
y
se halló ' en 1a de1:rota que sufrió
este viejo militar en Chuquiuga. Después
de esta
desa~trosa
acción de armas corrió
á
alistarse en el ejército de la Audiencia,
bajo cuyas banderas se halló en la batalla
de Pncará y ca.pturá de Girón.
Vino Ramírez
á
Lima
á
representar
sus servicios al Virrey Marqués de Cañe–
te, pidiendo mercedes en renumeración de
ellos, y se hallaba en esta ciudad cuando
se tnvo noticia de que el gobernador Jnan
de Salinas y el capitán Antonio de Osna–
ya, que por distintas partes habían entra–
do
á
la provincia de Jaén, estaban
á
punto
de resolver sus diferencias por medio de
de las armas. El Virrey dió encargo
á
Ra–
mírez Zegarra de que se trasladase á esa
provincia, los concertase
y
pusiese en paz;
comisión que el bravo soldado desempeñó
á
satisfacción de todos. Toledo le encargó
la visita de Urcusuyso y Chucuito, cuyas
tasas hizo.
Fué Ramírez corrigidor de Huánuco
y
de Arequipa, en cuyos puestos prestó po–
sitivos servicios cuando los al boratos de
Francisco de Paz y Gómez de Tordoya.
Era hijo de un hidalgo llamado Pedro de
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