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- 4od . ,

.

Libro segundo

al

Mártir 4 tas

ramas

de . dos

orro

Dios

que

el

que

nosotros

te–

grandes árboles , abaxándolas nemos: ni esperaban otra gloria

violentamente hasta el suelo; pa- que la que todos esperamos. Pues

raque soltándolas despues,

y

res·

si estos con tales

y

tantas muertes

tituyendo

á

sus lugares, llevasen compraron la vida eterna;

r,cómCJ

volando por los ayres cada una nosotros por la mesma causa no

· su

pedazo

de cuerpo. Mártir hu- mortificaremos siquiera los malos

bo en Nicomedia

(y

como éste deseos de nuestra carne1 Si aque.

hubo otros innmnerables)áquien Jlos morían de hambre; iporqué

des pues de haber azotado taa

no

ayunarás

un dia

1

Si aque–

cruelmente, que no solo habiao Iros perseveraban eoclavaqo-s· en

rasgado

ya

la piel ·

y

les cueros, la Cruz orando;

i

porqué

tu

no

sino que

ya

los azotes

habían

co-

perseverarás

un

rato·

de

rodillas

mido mu-cba parte de

l~

carne,

y

en oracion

~

Si

aquellos

tan fácil·

llegado á descubrir por

muchas

meote dexaban corcar

y

despecla·

partes

los huesos blancos entre zar sus

miembros;

iporqué

no

las

heridas coloradas ; acabado

cercenarás

y

mortificarás

un po·

esté tormento, le regaron las !la- co de tus apetitos

y

pasiones~

Si

gas con vinagre,

y

iaS:.polvorea· aquellos estaban tanto tiern po

ron

con sal :

y

no contentQ.s

con

encerradas

en

drceles

escuras;

esto, viendo aún que tqdavía es-

iporqué tú

no estarás siquiera un

taba

el ánima n el cuetpo ,

le

poco recogido en

la

celda

1

Si_

tendieron

sob.re

unas

Rarrrillas

al aquellos asi

dex:a~an

arar sus es .. ·

fuego,

y

alh volte

ha~

de una

paldas;

f.porqué tu ·aiguna vez por

banda

á

otra con

· oreas <te hier-

Christo

no di-sciplinaráslas

tuyasl

ro , hasta que asi asado

ya

y

tos-

Y si. aun estos exemplos ·no

tado

el sagrado cuerpo, ínvió

el

bastan, alza

los.ojos

á aquel sao to

espíritu

á

Dios.

·

.

madero de la Cruz,

y

mira quiért

De

manera,

que los

perversos

es aquel que allí está

padeciendo

homicidas pretendian otra cosa tan ·crueles tormentos por tu.

aun mas cruel que la muerte (que amor. Mirad (dice

el

Apóstol)(l)

es.la

última

de

las cosas terribles);

á

aquel que _tan grandes encue

r1·

porque no pretendían tanto ma- tros recibió

de

los pecadores; por·

"' tar, como

atorm~ntar

con

tantos que no canseis ni desmayeis ea los

y

tan horribles martirios, -que sin trabajos. Espantoso exemplo es.

herida ninguna de muerte hicie-

éste

por

do

quiera que lo quisieras

sén partir las ánimas de los cuer- mirar. Porque si miras los traba–

pos

á

poder de tormentos. No jos, no pueden ser mayores: si

á

eran pues estos

Mártires

de otros

la

persona

que

los padece , no

cuerpos que los nuestros , ni de puede ser mas excelente: si la·

otra masa

y

composicio-n que la causa por que padece,

.ni

es por

nuestra: ni tenian por ayudador causa suya (porque él es la mes-

ma

(a)

Heb.

12,