'Je la
Compañia
de
J
cfus.
3;
9
.hijos.
[o he preguntado
a
lllllchos,
y
fon
de
pare–
cer, que el nutnero es poco mas ,
o
menos igual.
Yo les replicaba,
que
fupueO:a la
verdad
de
lo
que
oecian'
havia una efpecie
de
injl:'lfiicia .
de
tolna~
muchas mugeres, fin
dexar
algunas
a
los que fe qui–
fieffen
cafar:
me refpondieron, que
ent re los hon1 ...
bres fe
hallaban
muchos
unucos,
y
po res,
que
renunciaban
al
matrimonjo ,
por
no tener
c~n
que
alimentar una muger.
Obfervefe
aqui
,
que en
la
Dinaftia precedente efiaban
el Palacio Imperial,
y
las
Cafas de
los Grandes llenas
de
Eunucos
de
buena familia
,
porque
fubtan
lllUcbos de ellos
a
las primeras
Djgnid des
del Imperio;
y
que
era
cofiunlbre,
y
moda,
entregarles enteramente el
cui-–
dado de
los
ncg
ci
s
domefticos.
No
f
ucede
lo
nlif.
mo aora, porque no
de
xan
los Tarta
ros
autoridad
.alguna
a
Jos
Eunuc
S'
por
hav
r en
otro
tiempo
ufado
111al
de
fu
pt ,d r ,
y
caufado
grandes
alboro~
tos en el Eíl:ado
:
y
dia
fon los
Eunucos
de la
hez
del
Pueb ~ o,
o unos
pob1
es
Aldeanos ,
que no
tie~
nen
con
que
cafarfe..
Aunque
parece
bafiante
cierto,
que entre los
niños que
na e n
en
Pc:kin, fon
mas
las
h
robras, que:
los varones :
es
ierto
fin
embargo ,
que
fi
al
fin
de cada
año
fe
contaran
los
niños que viven,
y
han
nacido tn el
m11mo
.año,
fe
hallartan muchos
mas
muchachos ·que u1och.achas;
porque
entre
las
m
u•
chas
criaturas que tJn
e.xpuefias_,caíi
todas
fon niñas;
y
rara ve¿
J
entre
ciento
que. fe expon n,
[e
enluen._,
tran
tres muchachos.. Afsi lo
t
fijfican
unanin1e-.
mente
los
que
en1bjamos cada
di
a
a
bautizar, las
defgraLiadas viétimas de la mifeda de
{
us
padres,
i!
de
la
crueld~d
9e
f!ls
An1os. Picnfo que
rodr~
-
~
de~