te
ltt
CompañiA
de
_ye(ui.
~
6t
\'Ía de
abll:raher de todas las Chronologias
yi
he–
chas,
no aprobar ,
ni
criticar alguna de
ellas,
co–
¡nenzar
fin
preambulo alguno
la
Hiftoria
de
la
Chi–
lla ,
defde el tie111po prefente , fubiendo ha!l:a
don–
de fe pueda llegar con feguridad , fin exagerar eo•
fa
alguna , dando
por
cierto
lo
que los Chinos re-–
conocen
por
tal ;
y
en las cofas dudofas exponiefl–
do fus razones , fin difminuirlas, ni quitarles fu
fuerza ,
y
no refponder a los
que
gufl:a
n de difpu–
tar:
fino a
los
fabios defintereífados,como
v.md.,que
proponen fus
dudas
de buena
fe ,
y
con animo de
2veriguar la verdad. En quanto a algunos rafgos de
femejanza , que fe conocen entre las dos Naciones,
no
me ca ufan eftrañeza: es natural , que
dos
Pue~
blos
antiguos ,
y
cultos
fe parezcan en algunas co–
fas
,
aun no teniendo el mifmo origen; pero lo que
d t: betnos adtnirar es , que entre la una ,
y
la otra
Nacion fe hallan diferencias tan palpables, que no fe
concibe
como
pueden venir de un mifmo
tronco.·
ruede
en
Egypto
cafarfe un
hennano
con
fu her–
mana; feria una cofa
monfl:ruofa
en la China ,y no fe
hallara un exemplar. Se criaron los
Egypcios
defde
los
primeros
Gglos en la mas efiupida idolatria: ado–
raron no
folamente
fus H·eroes , mas tan1bien las
águas , el ayre, la tierra ,
y
defpues los cocodri–
los ,
las
ratas ,
y
los mas viles infeétos :eligieron
2lgunos por
objeto
de fu adoracion los rabanos,
~
las ceb(
llas ,
y
hallaban
cada tnañana nuevas di
v
¡..
nidades en fus huertas ,
como
dixo
Juvenal :
O·
fanétas gentes
,
quibus htec
nafcuntllr
in hortis
nu~
mina!
Si
es uno rnifmo el origen de los Egypcios,
l
de
los
Chinos~
huvieran
eíl:o~
fido
jnfeétos
del
llliC.