(
6"4 )
·.
• '
.
,,el
prohibet; ita
ut
quicumque
1
,el
Pqpá,
se manffesld poYad()$
;,iUas, aut conjuntim aut
divi-.,positivos en el Tridentino',
CO•
, sim docuerit., defenderit, aut.de
,~mo
observó
co~
justicia Febra–
.,ós eliam
disputative, publice
,nio."
Si para
est~
Seiior tie–
,,uut privatim
traciave.rit,
nisi
ne mas autoridad el herege Fe–
,,fo1"zam impugnando, ipso fac-
bronio qne tres
Su~Qs
Pontí–
,to incid€lt in excommunicatio-
fices, nosotros los católicos que
.
,,nem,
á
qua non possit
(p1·eter·
creemos
y
obedec~mos ·
a
loS'
:.
;,quam in a1·ticulo
mortis)
ab
Papas, _le compadecemos .en ta.,.
·
,,alío etiam quacumque d1'gnita-
maña ceguedad.
Q.
E. D ...
.
,te
fulgente nisi,áR.omanoPon.
·
,tijice pro
tempm~e
existente
ab-
De la
jurisdiccio;,· de
lost Obi..$"
,,solvi.
1
'
Pero entre esas propo·
pos.
siciones la Yigésima nona es co-
• JJlO
sigue~ '
''futilis et toties con-
,vulsa est asertio de Pontificis
.
hRomani supra ConciUum ecu–
.
-,,menicum auctoritate,
atq
ue
in
.
,jidei
qur.estionibus
dessernen
·
,,di.~
injalibilitate:-Es
fú.til,
y
,muchas veces ·combatirla
la
·,asel'doli ds que el Romano
,Pontífice es superior en auto–
.,-,ridad al Concilio ecuménico,
y
.
,~q_ue
es infalible en la rlefinicion
;,de las cuestiones de fé."–
Pobré Sr.
·vidaurre, que con
su
,tono _dogmatizante, pregúnt'a
a
l:a
pag. ·64, lin. 13: ¿Y está aun
·.·;,por
resolverse la cuestion so–
i5'bre si el Papa es superior al
,Concilio,
ó
el Concilio ·al Pa·
,paa La indecision no ·es tan
,,poco interesante / que pueda
,abandonarla:. Quiera el Señm·
,,qrre
lq _trate ,de modo que no
Hsea agria, ni al
cortesano
de
,;Roma, ni· al fil ósofo cristiano.
H.
ltem.! en
la pag.
87-,
lin.
12,
di·
Ge:
''a
mi ver
las objeciones pro–
, puestas· c-ontt·a los. Concilios.
,,Constanciense
y
Basilense,
,:son ya importunas,
cuando la
~su.¡e.riór.Ülfl:d
del Qonci{io.
sób1·fJ
No
hay un capíf.nlo al
ép.te:110
pued.a y deba ponerse pór,
epígrafe,Libelo
absque-P~oleg()·
m.enis, ·et
contra-Pro_leg6méno~~
Porque ninguno hay que
~o
sea
una diatriva
vi.ruli:mia
co'ntra
la
p érsona y sagrados · .d.ere'chos
de los
Sum~s .Pontífice~;
ningu–
no hay en que no s.e
tras~ornen
los sanos principios del
rler~cho Canónico; ninguno hay ep
que el autor comience
tijim–
do el estado de
~a
cuestion,
d~-·
fitiimido
y
dividiendo, como lO.
hace todo hombre de juicio,
para derramar la claridad
en
los asuntos mas intrincados.
Al'
contrario, por todas' partes
en.
este Libro reina
el
desconciei;–
to en las ideas, la mezcla bizar–
ra
de las materias, el .vicio en
los raciocinios,· de donde
re~ ,
snlta una obscmidad horroro–
sa, y un vacio en medio de
~nil
especies, ·que el Lector &e cre(}l
que va et:ttrando con .Eneas en
el reino de
Pl~1.ton,
y
que
sient~lo qile Virgilio esplicaha en
~s-
tos
versos~
·