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ra el
Sr·.
Vidanrre verse tratado
cnufesar
que lo es con una su·
d (
herege,
de cism '
tic o, de im-
perit>ridad plena, es
d
dogma
pi
o," de sacrílego por la boca de
catolico.
¿Y
quien nos revelará
su
sabio
y
piadoso Gerson,
y
lo
cual de estos dos
partidos
que es mas, refutado por los
adopta
y
defiende el Señor
Vi~
protestantes. El se defPnderá
claurm?
¿Quien sino él mismo?
quizá con la confesion que ha Oígasele.
hecho de la primacía del Papa
en·
la pag.
67,
lín.
29,
en estos
Er1·o1·
2.
0
-P1·imacia
de
solo
términos: ''Es de derecho divi·
honor
y
direccion.
"no que la Iglesia militante
,,tiene una cabeza t'isible insti–
;,tuida por N. Señor. En esto,
;,ó
consentimos, ó negamos ]a
,,letra del Evangelio. ¿Para qué
,es repetir testos que todos sa–
,,ben,
y
pueden llamarsA luga–
,res comunes?
La
autoridad y
,pi·imacia del Papa, succesor
,,de
S.
Pedro, no será motivo de
,,controversia para ningun ca.
,,tólico: esta es una vertiad, ci–
;,miento de la Iglesi-a. Sin este
,.,eslabon de unidad, t()do SPria
,confn~ion
en la
T
glesia, dice
,S. Cipriano.
1 )
Este lenguaje
pu'ede ser católico
ó
herético.
Poí·que en toda sociedad de
hombres, para que sea ordena–
da, aunque
s~a
una cuadrilla
de ' ladrones, necesita una ca–
beza. Mas ·esta puecle tener
una primacía de honot·
y
de di–
reccion,
ó
como suele decirse,
un
pn:mus inte1· cequales;
ó
una
prima~ía
de jnrisrliccion do-
.tada de verdadera superiori–
dad, con el derecho ele mandar
y
que impone oblig-acion de
obeelecer á los miembros de
e~a
socieelad. Pretendrr qtJe el Ro–
maNo Pontífice .es cab8za rle la
Iglesia con un . primarlo ele la
prime1·a especie, -es heregía:
En la pag 133, lin. 31, dice:'
''Era indispensable una cabeza.
,No babia sin_ella unidad. ·
Un
,coltgio, una asamblea, un tri–
,bnnal, sin
un
Presidente, ·no
,,darían un paso en orden-: seria
,.,una confusion.
Porque tocios
;,eran Obispos, porque toclos
,tenían
muy
altas facultades;
,.,por eso mismo debió haber un
,primarlo."-Luego
el
Pontífi.
ce Romano, segun el Sr. Vi–
daurre, es respecto ele los Obis–
pos, lo que el Presidente de ul'l
Congreso,
ó
el
Pre~idente
de la.
Corte de
J
nsticia, rrspecto
a
los miP-mbros de aquel,
ó
á los
vocalc:s de esta: pero tales
Pre~
sitlentes no son otra cosa que
primeros entre
~us
iguales. Lue·
go el Romano Pontífice es pii–
maelo
y
cabe~a
con una prima:·
cía de honol'
y
de direccion.
Es~
toes herf>tico, como diametral–
mente opnesto
a
todo lo que lle–
vo rlichn,
y
á las de.finiciones
de los Concilios generales que
despues citaré. Todavía espli-.
ca mas rotundamente este su
srntir herético.
En la pag.
131,
lin. 29, des·_
pnes· rle tinas clausulas gro
serasque pone en boca
de
San
B.er-'
.(