CAPÍTULO XVIII
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audiencia que con él se tuvo, confessó serlo y pidió mise–
ricordia, especificando tanta suerte de ritos y ceremonias
en guarda
y
observancia de la ley de Moysen que le en–
señaron en Guinea, que ponía admiracion, ocupando las
audiencias dias enteros; dixo contra muchos y levantó a
n1uchísimas personas falsos testimonios; revocó, hizo
y
cometió muchas maldades, incitando a otros presos para
que levantassen falsos testimonios a los de afuera y den–
tro, dándoles el pié del lugar, de la seña y contraseña
con que avian de contestar las culpas falsas con él, que
las pintaba con tales circunstancias que al mas vigilante
y
experimentado -juez le haria creer ser aquello verdad;
no dexó parte alguna donde no aya personas co.mprehen–
didas en los testimonios que levantó, ni España, ni Por-
~
tugal, ni Guinea, ni ·Oartagena, ni otras partes de las In–
dias. Fué condenado a re laxar a la justicia y brazo secular,
por vario, revocante, y por los n1uchísimos testimonios
que levantó, fuéronle confiscados sus bienes, que no tuvo,
con1o otros Inuchos que salieron en este . auto: leyó esta
causa. el contador Juan de Cenzano, criado de su Excelen–
cia.
"7. Luis de Lin1a, natural de Moncorbo en Portugal,
hermano de Juan
y
Tomas de Lima, reconciliados en este
auto, de oficio n1ercader, que acababa de venir de Pana–
má, donde avia baxado quando la armada de
1635,
solte–
ro, de edad de mas de quarenta afíos; vino de su
voh~n
tad
a denunciarse por principios de
1636,
y por estar testifi–
cado y diminuto, se mandó prender con secresto 4e bie–
nes; anduvo en gran manera vario
y
revocante en sus
confessivnes. Levantó muchos falsos testimonios, aunán–
dose para
~llo
con el dicho Juan de A;t;evedo, persuadien–
do a lo mismo a otros presos, haziendo agujeros por las
paredes ele las cárceles para hablarles, diciendo lo que
habían de hacer y deponer
y
las señas con que aviaD: de
conocer a los que avian de levantar testin1onios, a uno de
judío yapero, al otro de quatralbo,
y
deste n1odo otras mu–
chas señas
y
contraseñas
y
apodos: fué muy perjudicial
en esta materia de testin1onios, sin poderle ir a la mano,
con mudarle diferentes cárceles, ni con dárselo a entender:
todo con color de dezir descargava su conciencia; decía