LA INQUISICION DE IJIMA
cado el reo de que con ocasion que cierto pintor estaba
pintando unas imágenes y entre otras una de nuestra Se–
ñora del Rosario, babia dicho el reo que las imágenes no
se debían de adorar porque eran de lienzo y un poco de
tinta y que se podian labar,
y
que para qué eran aquellas
imágenes, y que no se habia de .adorar a ellas: esto di–
cen tres testigos y está qualificada la proposicion por he–
rética. Otros dos testigos testifican al reo de haberle oido
decir que él se babia ido a Berbería de su voluntad, con
sus annas y caballos, y babia servido a un :rey moro y
había tenido allá amores con-una mora
y
con una judía
en su ley, y que a persuasion de la judía: estuvo muy
cerca de se tornar moro. Fué presso el reo y hízose su
proceso con él y confessó haber puesto los libellos contra
el comisario y negó haber estado en Berbería, y que lo ba–
bia dicho mintiendo; y en lo que toca a las imágenes dice
que dixo que no se babia de adorar a la imágen sino a lo
que significa la imágen, mirándola a ella. Dió defensas, y ·
habiéndose hecho, se vió el J!-egocio en consulta y fué vo–
tado en que el reo oyese una misa un dia de fiesta, en for–
ma de penitente, a donde los Inquisidores ordenasen,
y
que
abjurase
de lev·i
y
fuese desterrado perpetuamente del
districto de esta Inquisicion y que no lo quebrante, so
pena de diez años de galeras .... ,,
De entre estos asuntos, ninguno había, i con razon, preo–
cupado tanto al Tribunal como el relativo a Francisco de
Aguirre, que se hallaba en el Tucuman; i a quien se trataba
de prender para que viniese a Lima a dar cuenta de ciertas
palabras descompuestas que habia dejado escapar, despues
de haber sido condenado a abjurar otras', por las cuales le
habían procesado en Charcas; pero había ya constancia de
, que la dilijencia estaba realizada i que Pedro de Arana le
traia a buen recaudo.
Si por esta parte po.dia, pues, Oerezuela 1nanifestarse
tranquilo, no le .ocurria lo mismo respe.cto a otras mate–
rias. Comprendía mui bien que el Tribunal sin comisa;rios
que secundasen sus propósitos, era llCOmo un cuerpo sin
brazos," i que si su esfer.a de accioi1 hubiera de limitarse
a Lima, nada de ·provecho podia
hacer~
Mas, era el caso
de que ni en la misma capital podia entra1" personas me-
.
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