CAPÍTULO V
85
el artículo de la muerte, atento a que era menor de edad
y
muger, conformándonos con la instruccion número seten-
ta
y
uno, la admitimos ,a reconciliacion con la abjuracion
que se rrequiere, y el confesor la absolvió sacramentalmen–
te, pasó en primero de junio del año pasado de mil quinien–
tos setenta y tres;
y
despues desto, parece que la
dich~
doña
María Pizarra, aunque estaba doliente, siempre pidió au–
diencia
y
venida a ella en nueve de Agosto del dicho año, di-
jo entre otras cosas, que en la casa de su hermana doña Ana
se abia ofrecido al demonio, como tenia dicho, y aquella no–
che el demonio tuvo parte con ella carnalmente y fué della ..
mucha sangre de las parte vergonzosas de la generacion ·
natural de las mugeres, y que muchas ve<;es tenia cada
noche parte con ella dos o tres veces, y unas veces hera
cuando estava en sí que el demonio la decía que la quería
atormentar y que si le dejav,a echar oon ella que no la
atormentaría y que ella, a trueque de que no la atormen–
tase·, consintia;
y
otras veces estando fuera de sí, cuando
tornaba a su sen.tido, le hallaba sobre sí, teniendo cópula
carnal con ella, y que
entó~ces
se había hecho preñada
del demonio, y lo descubrió al dicho Luis L.opez en con–
fesion, diciendo que se le avia alzado la regla
y
que sen–
tia bullir en el bientre
y
que despues, como tenia .dicho,
por una buelta que la dió el demonio derribándola de la
cama, movió de tres meses una criatura,
y
que ello figura–
da criatura era, y que lo que tenia dicho que lo llevaron
los dem.onios, que no es verdad, que la moza lo · llevó al ·
corral, y que lo que tenia dicho que esta va doncella como
su madre la parió, que no lo estava, porqué el dem.onio la
abia corrompido y avía movido,
y
que no a conocido hom–
bre carnalmente en su vida,
y
que desde que 1novió le
avia quedado el vientre abentado y entonces todos sospe–
chavan que estava preñada del padre Luis Lopez, porque
el demonio decian que lo deeia por la boca della,
y
los
padres que la conjuraban lo decian despues. Y despues
desto en cuatro de
diciem1n~e
del dicho año de 1nil qui–
nientos setent&
y
tres, estando enferma otra
v~z
a punto
de muerte, la dicha doña María dijo al dicho fray Juan
del Campo, su confesor, que tenia ciertas cosas que decla–
rar para descargo ele su conciencia
y
que. nos lo dijese
y