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LA INQUISICIÓN
obispos, procediendo en negocios extraiío. de la
fer
y
con secrestos de bienes muy perjudiciales, sin re–
medio de apellación, con que
á
las mesmas justicias
traían atemorizadas, con los cuales han acudido tam–
bién
á
la Inquisición, con esc<'tnclalo suyo
y
de sus
pueblos, que, vistos después, no se les halln matrria
de fe, si no que el fundamento principal es querer, por–
este camino, encaminar
y
asegurar su jurisdicción
y
preheminencias.
.
<<De tres n::wíos que do aquellas Islas salieron para
esta tierra han llegado lo dos en fin del
acw
pa:-:;aclo,
y
en el otro, que aún no ha entrado en el
pnci'to,
escribe el comisario más en forma las conlt'ndiccil)–
nes del Obispo en respuesta do sn titulo,
y
así solamen–
te enYiamos
á
Y. S. con ésta la dicha instrucción
~·
carta para el O¡jispo
y
~ u
rospnesta,
y
otra del comi–
sario,
y
gobernador que entonces era, que sólo la
del Obi spo basta para entera probanza de lo c¡ne de–
cimos,
y
aunqne nos quiera culpar do no haberle
tratado lo rnesmo cuando _pasó por esta ciudad, no
tien@ razón, porque, pregunt.il.lldolo, le responclimot>
que bastaria la relación que él no
clie~o
según lo
que de la ti·erra teníamos collegiclo.
«También Ya la copia do la carta que con
é~ta
escri–
bimos
á
S. l\I., para que, vista por V. S., so dé, si
conviniere, presupuesto que nuestra
intenciórre.~
ólo
hacer nue tro oficio
y
consorYar su auctoridad
y
buen
nombre, el cual so pierde usándolo en cosas tan ex–
traiías que, venidas al tribunal, se vienen los reos
á
dar por libres, como ha acontecido, sin poder restau–
rar el ·daiío que en sus honras
y
haciendas han re–
cibido,
y
saliendo el Obispo con su intento, se atreve-