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IX
A la bibliografía en los dos libros que hemos publi–
cado relatiYos
á
aquellas !::;las.
Como pudiera
echar ~ e
do menos en este estudio
nociones sobre lo que ora el código ele procedi–
mientos del Santo Ollcio, cuyo conocimiento es en
realidad indispensable para darse cuenta cabal de
algunas causas ele fe
y
ele las penas impuestas
ú
los reos, ya que no podemos entrar al presente en
tales detalles, debemos referir al lector que cle::;oo
conocerlos
á
lo que sobre el particular hemos con–
tado en nnestra
1-IistOT'ia del Tribunal del Santo
Oficio de la Inquisición en Lima .
Apenas si necesitamos decir que la materia ele
que Yamos
á
tratar era absolutamente desconocida
hasta ahora, como que ni en las crónicas de las Or–
denes religiosas ni en libro alguno antiguo
ó
mo–
derno se halla el menoi' rastro
siq~iera·
do lo que
había sido el Tribunal del Santo Oficio de la Inqni–
sición en las Islas Filipinas.