24-
tenta de haberme recibido y tenido en sú cornpamt1;
y
asi el dia de afio nuevo, me vistió la sagrada túnica, y de–
mas insignias del Instituto Nazaren
o>
con toda solemni–
dad;
y
asi mismo vistió
á
las demas que entraron en la
fundacion.»
La que hace esta confesjon en público para· mucha
gloria de Dios
y
de su sierva., ha perseverado en su vg–
cacion, dando muy buen ej.emplo
á
·esta .comunidad,. e
1
,la 'que aun "\;Íve con ·el trage de Beata. y es de noventa
años, y por ser
1
de tan a
vanz~da
. edad, .,no profesó, co¡n
las ·.demas beatas el año de mil setecientos treinta en
qw~
el Beaterio $e erigió en Monasterio.
CAPITULO
VI.
'.
DE COMO PLANTÓ EL SEGUNDO BEATERIO•
..
'
(
f·
t
Habiendo principiado su Beaterio, plantó en él
aqu~llos ejercicios mas humildes que le pareció convéni'entes,
con la luz que el Señor le daba ·para la mayor perfe6-
cion religiosa que deseaba; y asi era la primera en se–
guirlos tód'o's con sus hijas, hasta mas de las diez de 1a
no~he,
como se dirá despues;
y
asi decia •ietnpre, por ,el
amor que tenia
á
la humildá.d, y j-untamente' por -darles .
. ejemplo
á
sus hijas, que el ser ménos valía mas,
y
qu.e
1
todos debíamos solicitar' ser humildes.
·
·
r
.
Par~
conseguir este fin, siempre se .ejercitó nuestra
, Venerable Madre en ser la· primera que en tocando la
campana al ejerc·icio dé barrer
1$1
casa, cogía la escoba
y
harria tQdas las oficinas, y no se desdeñaba de coger
con sus mismas manos las basuras, y las · cosas mas .,in-
,': n;mndas y asquerosas, y
a~i
1o hacían sus hijas
á
su
ejemplo; y .cu:1ndo sus hijas llegaban
á
quererle quitar·
la escoba, ó comedirse
á
coger la basura, no lo permitía,
·porq·ue les decía, que ella no éra mas Cl{Ue uná hm·mana
y compañera. Asi mismo en llegando
á .
sañl:!Jlarse por
cocinera, se ' aplicaba la sierva de Dios
~ hace~
r
&U
· ~f~mana, con tanta puntualidad, que &in hacer falta
á
_los.
•