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dicho Beaterio de Monserrat. En este tiempo, dice,
cc~sistia
la sierva ae Dios en las Viterbas,
y'
de allí iba
'á
San. Ildefons·o,
·en
busc'a de su confesor el Padre Maes–
tro Prado, y entónces· la' ·veia yo, y el trage· me robaba
el corazon, y me enternecía en medio de estar yo diver–
t~da
en algunas m9?edades, puys sin haber sido casada te–
nia tres criáturas de tierna edad;.pero pospuse el amqr que
com9
l!l~dre
les tenia. Desde el primer dia que la ·sier-
·va de Di0s me habló, quedé tan·movida de haberle oído
referir como ya tenia casa ·en que fundar,
y
licencias de
los superiores para
-principi~r
su colegio de Nazarenaa
en la calle· de
Monse~rat,
·que acabando de
d~ci1~ es~o
la
sierva de Dio!, á le> que yo estaba muy atenta·
y
com–
pungida, empezé á llorat:,
y
le dije: ¿Madre, tiene U. mu–
chas á quienes llevar pa:ra la
fm¡.da~'iorl
á lo que me res–
pondió, no señorita: ¿quiere U. irse conmigo? y le res–
pond.i, sí madre·; sin. acordarme ni dárseme nada de las
tres
criat~:ras
que tenia, y de mi madre que vivia entónces,..
y de todo
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demas en·que vivi·a distraída.))
ccTodo esto pasó en casa de una· enferma, á quien iba
· la sierva de Dios
á
asistir por órden de su confesor.
· Despidiéndose de la enferma, salió, ·y yo la fuí siguien–
' do, 'y estando ya en pa;rte secreta, me atrojé' á sus piés,
y
le dije: l\1a•he,
aquí. e~tá
su
M~gdalena
de U.,
y
la
· sierva de Dios me lev'antó del suelo;·:me consoló, y nos
.despedimos. Este
mis~no
dia, ·entre once y doce, me .en–
vió
á
llamar con una que le asisti·a,
·y
yo fuí al a,posento
á.que
me
'llamó-. De qu·e me vió la
~sierva
de Dios/salió de
su oracion en que estaba,
y
me ábrázó, diciéndome: hija,
ya Díos te ha recibido en su rebaño, ya eres Nazaren1;1;
· y
asi me mand6 que estuvíese en i:ni casa, en tanto que
· no se fundaba ·el Beaterio, que seria en breve, dentro de
cuatro meses,
'«ó~o
sucedió, y yo fuí en su compañía
á
fundarlo, c0mo me lo mandó.))
·<cDecia;n algunas personas
á
la sieFva de ·Dios,· que no
. me rec:biese, .que me podia·salir
y
dejar la túnica, y
'
O~ras
muchas
COS31S
U·e
contradiccion; pero la sierva de
·Dios- respondía: que aunque fuera una noche estaba con-
(.
.
¡
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