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pot sosegar 1afi
inquietudes de
su
esp1ritn,
011
ere-.
dito de la verdad, de la razon
y
de 1a justicia."
123. En vista de tan crin1inal
y
ruin
y
pérfida
1nanera de infornulr
á
los
j
neccs, ya no es
estraño~
que el rey :Feljpe V diera providencia fuerte,
y
en
términos apas-ionados, contra Antequera., ca1itlcanclo
do incuestionables sus muchos delitos,
y
entro ellos
el
de "no menor gravedad, de haber an·ojado
á
los
pati
dres de
la
con1pañia,'' así como ensalzando el celo
evanjélico
de
esos padres. rrarnpoco era es·ti·año que
el virey Castelfuerte partic1pase de igual prevencion
contra Antequera, como los oidores que fallaron por
, la direccion
á
que se encaminó la causa,
y
arte~
, conque los l'egulares de
1a
co1npañia procuraron ga–
''
n~r
testigos,
y
sacar reo
á
A11tequera, sin la n1enor
, cnlpa de los vireyes
de
Lin1a,
ni
de los jueces
de
, la causa, que para. sustanciarla
y
pronunciar senten–
,cia, debían atenel'se
á
lo alegado
y
probado." lie–
mos copiado estas palabras de la
aclvertencict
del editor
·de
los doctu11entos sobre que hen1os apoyado nues–
tra
re1acion. Segun esto, no fué culpable el rey,
ni
el virey ni la audiencia de Lima; lo fueron,
y
en
gra–
do
intol~rable,
los reverendos padres de
la com:pml,ia
(le
Jesus;
y
sin embargo, hubo alguno que lo fué 1nas
qne ellos ......
~iaestros
de la n1oral
que
procedían
asi,
¿creerían en Dios
y
la
vida futura?
124.
Despues
que
los jesuitas acabaron
su
obra
ele
perder
al
inocente
Antequera~
acrin1inándole por
n1e~
dio de calun1rüas
y
falsos testigos, aun les quedaba
otra tarea,
y
era la de
infamar su nombre
en la
histo–
ria por el uso
de
nuevas Ílnputaciones.
Ahí
está el
P.
jesuita Charlevoix, en cuya pluma
el Sr.
Antequera,
aunque "adornndo de bellas cualidades, tenia una lo–
ca pasion de enriquecerse,
y
vanidad
y
confianza que
]e
hicieron caer
en
los
mas
gran eles errores
a
que
puede llegar la mas ciega an1bicion. Al crnpezar las
· )nforinaciones, aparentaba el n1as perfecto desinteres;
pero se deséubrió que los obsequios eran el camino
;mas seguro
para
llE~gar
á él.
Pr@sentó
el despacho
que
t enia del
virey para
sucec1er á
D.
Diego,
3~
se sospe-_