POR MA.NUEL
M.
s.A.LA.Z.A.I
6S '
en
que
eran
conducidos los restos
de
los
santos
para
dedicarles templos en donde
debían ser venerados como medianeros en·
tre Dios
y
los hombres. El clero quedó or–
denado en
difere~
tes eategorías 6 jerrar–
t}Uías,
y
respetad@
y.
pl'ete~ido·
por Oens–
tantino que llamaba
á
los sacerdotes
Ous.:
todios del alma,
fqé
dispensado de pagar·
impuestos
y
09tuvo otros muehos
privile~
gios. Los Obispos tavieron jurisdicción pro–
pia;
y
el Papa
fU!é
a,catado
y
considerado
como jefe de la Iglesia.
y
padre de todos. fos
fieles. Finalme.nte, Constantino prohibió
los combates de glacl.iadores
y
las
m,1.ltila–
clones; los
a~rificios ~
el
cm.ltG
antigt!le.
De aouei;do
Q
~Papa
Sain Silvestre con–
vocó
el
'prime
Cerncilío G.e1Reral
que
se ce–
lebró en
N" ,
· ara destrufr los
restos
y recuerdos el paganismQ
trasladó La
ca–
pital
del
Im:perío
á
Bísancio
que se llamó
Oonstantinopla.
(33Ó) La
posteriélad ha da–
do
&
Constantino
el
dictado
de
Grande;
y
aunque
es
cierto
q
1110
no estavo exent(i)
de
graRdes
faltas,
Slil
talent(j) po!ítieó,
$U
gé–
nio guerre110 y,
s<i ll>re
todo, la grande obra
de haber sustituido
á
los errores del
:Paga~
nismo la sublime
doctrina
del Cristianismo
le hacen acr,eedor
á
este título qne le
ba
.conservado
la
historia.
Juliano
el
Apóstata,
Reacción del Paga–
nismo.
-A
la
muerte
de
ConstaatinG
el Im–
perío
quedó dividido entre sus tres hijos:
Censtante, Constantino
l~
y
Oonstaueio;
y