POR MANUEL M.
SALAZ.AR.
'
1
los misioneros
contínu~s
é
impottaliltes.
triunfos;
y
ésos
desgraciados
pnebloa
reci- •
ben. hoy
~0tl
Ja 1uz del Bvllugelil) las ·nsti–
tuatones
de
tas
pueblos
civíliza<'los. Pina.t–
mente la América que
ofrece
al
muado un
¡.orvenir
grand~~so,
pre8enta
el espt(ctécu–
lo
d0
num,erosos
estados Herws
cle
vida
y
abundantes en recursos, ea
!tr.n~
qne,
en ge–
nel"al,
d6w.ina
la
relig·íóu
católica. ·
La .'Iglesia
sigme~
pues, su.
marcfia,
triun–
fante por todos los árob ito.-s de la
tierra,
y
quizá
110
está remoto el <:lía en que
üomt–
uadas
l~s
pasfon@s
y
rt>probado el
eFrer,
se reunan
todos
l(i)S
pmebl(l)S en t:;u
seao,
reconociendo su doctrina
sublime
y
some–
tiéndose á s ei para.
C€JU~eguir
mej0r el
fin
que
DiQR
p, u
o al
hombre.
,
'
1
1 Qué ma11cha ha se{Suido
la
Ig1,e,,sia
á
tra~é~
da los si–
glos?-C0n qué;med1os cuenta pava r 0'a L1zar su
s~nt.o
fin?-Quiénesllan sido los más
~ocaiMes
entre 1os vaii·o
nes emü1entes qlltl han defendido
á
la
lglesia. en los
últimos
tiempos?-En
(jlné estad» se
encu~ntra
lai Igle–
sia en
lai
actualidad?