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HISTORIA f.CLESTASTrCA
Siglo
adherido
est~ba
á
las
reglas antiguas,
y
qu · ...
XVli.
to se alejaba
su
dulzura
de
la relaxaci
n.
Hizo el Santo Obispo
todavía
un vLJ
··-
Q
París
en
16
1
8,
acompañando
al
C.lrL·:'t·
nal de
Sabaya ,
que
iba
á
hegociar
d
C3\'l '
miento del
Príncipe
de Piamontc con
Cri-,.
tina,
Princesa
de
Francia,
hija
segunda
de~
rique
IV.
Lleg6
á
la
Corte de
Luis
X .
y
en
ella tuvo el aprecio
que
en
la del
R.~}
difunto,
pues
todo
el
mundo
queria
co
·
cerle
y
oirle,
y
-recibir de su boca
aquell
consejos
prudentes
y
aquellas
m~xí'n1as
pia·
-
do sas,
que
eran
el fruto de
su
experienci., .Hizc
un
gran
número de conversiones
ya
del
crr
· · ·
· ~la
verdad,
ya
del
vicio
á
la virtud. Se
intcnt~
de
nuevo fix.arle. en Francia ,
pero
se neg;ó e
1no la
v ez
primera~
prefiriendo su Iglesia
bre
y
trabajosa
á
~¡¡s
Sillas mas ricas
y
brillJntes. A
Únqu~.: no
era
<1e una edJd av.11 1·
zada ,
ya
padecía .muchas enfermedades
que
:1
anunciaban
una
n1uerte
cercana,
y
eran
Li
efec to de sus largas
fatigas
y
de su
vi~~
b astantemente aplicada , sin
d cxar
por
ninguna
de
sus
ocupaciones ordinari.1s ,
p
todos los
días
e1npleaba
de
modo ,
que
no ~
quedJba
un instante para pensar en
)o ~
cuida¡
d o'
q ue
exigia
su salud :
y
así ha
bil
ndo 11•
g ad
á
Leon
á
fines
de
16
2 2
,
murió
a!
d e :
1
in sult o de
apopi egía en
z
8
de
Dicicm·
re ,
e
pl.les de
haber predi
e
.1do la
víspc
14
d