G~N~RAL·
1)7
ey
de
mo~trar
con pruebas , sacadas de
s
monumentos mas
venerable
de la
anti–
,üedad
eclesiástica,
y
de la
pr~ctica
de 1 s
1 los mas
ilustrados ,
quán
sólido
s n
estos
undarnentos.
Lo
qual
se
executó en
1.
eru–
\ita
obra que intitula :
DifenJa de la de–
·lt~racion
del Clero de Francia
,
obra lle-
de
luz, de erudicion , de sabiduría
y
de
' oderacion , ·en que este grande bombre apu-
la
materia ,
y
la
pone en una
claridad
en
(1ue
jamas se habia puesto ántes de.
él.
:
No seria fácil explicar,
qu~nto
se irri...
tó
Inocencia
XI
quando supo lo que se
ha–
:,¡
hecho en Francia ,
y
vi6 la declaraci n
el Clero. Fué tal la impresion
que
le hizo,
'jue
mostró
mas indignacion ,
que
sentin1ien–
.o, aunque fué
infinito
lo
que
sintió
todo
~
que le parecia diminucion de u aut ri–
.
, y
así se reso
1
vió
á
negar la
Bulas
á
d s los de segundo
órden ,
que
habiendo
ocurrido
com Diput d s
á
1 s delibera-
•
•
t
nes de la Junta , habi n
ido nombrados
bi
pos
durante ella,
ó
de pues ,
y
perseve-
6
ha
ta
la muerte en e ' ta
re oluci n.
• o
hstante, Luis XIV, que con
~ia
1
calid:1d
~1
humor
del Pap
In cenci
XI ,
ten
ió
ue este Pontífice , arrlstr:tdo de su ze1 ,
, t
la
n1as de
u
natural,
no
adel
nt -
e
sas mas allá de l
que lo habi he–
t
aquel
punto. Por eso
determinó
que
Si~lo
VlL