GENERAL~
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lbia
reglado, hasta
en los términos en que Sigfo
ebia.
estar concebida.
El
Papa se
mostró
X
\'II.
1tisfecho,
y
se expidiéron las
Bulas ,
y
de
ite
modo
las
diferencias
.que
se
h abían
sus-.
[cado
entre
la
·corte de
Roma
y
la de Fran-
ta,
se termináron
feliz-mente
por
un
expe–
iente
en
que
no se con\lprometian , ni el
'apa ,
ni el
Rey,
ni el
Clero ,
y
en que
ha-
aban
stt
ventaja
todas
las partes
interesadas.
¡e
mir6 en Roma la carta de
los Obispos
lOmbrados , como
una
retractacion de lo qu.e
~-
babia
hecho en
1
6
8
2
contra
las
miras ·
r
las pretensiones
del Papa;
pero en Fran-
_Ja no se
consideró
de ·es te
modo;
sino co–
no
un proceder de algunos particulares que
1
enian razones propias,
y
un
interes perso-
~al
qe
tomar este medio r_ara obtener lo que ·
[le
le
negaba.
Lo cierto es que en quanto
' la
regalía quedáron
las cosas
en
el
pie
~n
que
se habían
puesto
por
el
E~icto
de
;1
67
3
,
y
interpretado
y
modificado por
_el
¡de
168
2,
srn
que despues se hubiese
hecho
1
la
·menor
mudanza sobre
este
objeto :
y
que
¡respecto
de
Jos quatro artículos
no ha
es-
r
;<:rito
jamas
en
cuerpo
el
Clero
de Francia;
~ni
enseñado
cesa
alguna que pudiese pasar
por.
:desaprobacion ,
de
suerte
que
las
máximas
.consagradas
por la declara e-ion de
I
6 8
_}
-se
,han
seguido
siempre en
el
Reyno
con
aplau-
so de todas
la~
6.rdenes
que le
compone.n.
AR~
·,
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