CENERAL.
-1
la
conducta
que t€nia
ent6nces ,
con lo que
SigTa
había
escrito
en
1
6
67. , se contentaba
con
XVII•.
responder que
ha bia
estudiado
la
mat-eria
mas \
á
fondo
d/éspues de aquel
tiemp6 ,
y
habia
reconocido la f1lsedad
de la opinion en que
estaba
al principio.
.
El
Rey
s~
irritaba
cada vez
'mas
por
la
resistencia de
los quatro Obispos ,
y
poco
a-costumbrado
á
encontrar obstáculos en
sus
designios ,
particular
mente en aquellos
,que
debian oponerse .
n1énos
á
ellos ,
viendo
que
los medios
de conciliacion eran inútiles ,
re–
solvi6
pasat~_
á
los
del
rigor ,
y
escribi6
al
Papa ,
y
le suplic6 que nombrase Comisa–
rios
para hacer el proceso
á
los Prelados
desobedientes.
Alexandro VII.
entró
sin mo•
lestia
en los
fines del Monarca ,
non1bran–
do nueve
Obispo~
para
instruir el proceso .
segun
las
formas establecidas
en
las
Leyes
Canónicas
y
en
los usoS- del
Reyno.
En Ja
disposicion en
que
estaban
las dos
Cortes,
bien se
puede
discurrir . que
si
el
Pa
p~\
hu–
biera
vivido,
las
cosas
hubieran
llegado
tan
~delante
como
podían
llegar ,
pero
habien–
do muerto Alexandro
VII.
el
2 2
de M.l–
yo.
de
t
6
6
7
,
y
lu1
biéndole
sucedido en
20
ce
Junio
siguiente el Curdenal Julio Ros·
pigltosi, que
tornÓ
el
nombre
de
Cle¿nen–
te
IX. ,
se
concibiéron esperanzas del
res–
tablecimiento de la
pa~
en la Igle-sia de
Fran-
'tom.
X
l.
F
cia,
1