Siglo
'--'
XVII.
2
So
HTSTORTA
E-CLESIASTICA
ellos un romrimiento ruidoso. La Ciudad
de Donawert, entónces Imperial, babia abra–
zado
la Reforrna.
Sin
embargo
los
Católicos
habían
conservado
en
ella la Abadía de San·
ta Cruz ,
y
se
les permitia exercer su Re·
ligion con
t~d
que
no
saliesen
.
de
los
lí–
mites señalado·s. El
Abad
intent6 hacer
una
proce~ion
por
Ja
Ciudad, sin
embargo,
de
la
prohibicion del Magistrado. Este, pretendien–
do que su autoridad era despreciada
y
per–
turbado el órden público,
excitó
al popu–
lacho contra el Clero que
iba
en
el acom–
pañan1iento,
y
los Católicos
que
asistían
ram–
bien.
Empezóse
por
injurias,
y
se
acabó
en
golpes.
El Abad dió sus quejas al Empe–
rador ,
y
este
Príncipe
cotnisionó al-
Duque
de
Ba
viera para
exarninar
los
hechos. Ha–
biendo recibido los informes ,
publicó
con–
tra la Ciudad de Donavert el
f?,ando del
Imperio,
y
comi sionó· tambien al Duque
de
B1viera para
la execucinn. Este Príncipe
curnplió
con rigor las órdenes ,que habia re–
c ibido , se apoderó de .la Ciudad ,
y
'se la.
apropió para
resarcirse de
Jos
g.1stos que
ha
bia tenido en esta .ex pedicion. Desde .en–
tónces
quedó Donawert unida con el. do–
minio
de
la
Casa de Baviera,
y
ha formado
parte del Círculo de este nombre:
ánt~s
per–
tenec~a
al
Círculo de
Suavi~.
Algunos
Au–
tores han ,
mirado este
suceso como
la
pri-
me-