276
HTSTORlA
ECLESIASTICA
Siglo
tudes
y
rencores qne nacen de estas
dor
XVII.
causas, se
ob~ervan
de
muy
cerca
los
di–
versos partidos ,
y
son tan zelosos , unos
por conservar lo que les ha costado traba–
jos inmensos ,
y
otros por recobrar lo
que
han cedido contra su voluntad , que nun–
CJ.
dexan de sobrevenir
muy
pronto nuevos
motivos
de quejls
y
de
rompin1knto.
So–
lamente
podia
ma-ntener el equilibrio unl en•
tera
igualdad de poder
y
de
medios en uno
y
otro partido ; pero aunque los Protestan–
tes hubiesen conseguido ponerse
á
cubierto
baxo
de la proteccion de
las
Leyes
y
com–
poner parte del Cuerpo Germánico, la fuer•
za
y
Ja~autoridad
,
á
pesar de su grande
nú–
mero, estaban de parte de sus contrarios.
La cabeza del
Imperio ,
que
lo era al mis ..
mo
tiempo
de
una casa poderosa
y
ocupa–
da sin cesar en su acrecentamiento ,
tenia
un interes continuo en estrecharlos , debi–
litarlos
y
mole~tarlos
en el exercicio de sus
privilegios , mirados siempre como
U<iurpa–
cione5, para proporcionar el Ín4itante de des–
pojar]oc;
d~
ellos dé
todo
punto ;
además
de
CJUe
estaban
poco
acorde~
entre sí.
Lo~
Lu–
terano<;,
padres
y
fundadores del
Protestan–
tisnlo,
teni:-tn dogmas
y
una
di<iciplina
que
no convenian en muchos
punro~
eser1ciJles
con la
disciplina ·
y
dogma~
de
In~
C alvi–
nistas ;. estos . por su
parte,
que formaban Ja
se-