GEN~RAL.
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ia. Pero este reglamento no fué e"ecutado Siglo
p rontamente,
y
las Asambleas
del
Clero fué- XVI .
ron convocadas mas
ó
ménos freqüentemen-
te,
segun las circunstancias.
·
No son Concilios Nacionales las asam–
bleas
del
Clero de Francia, porque su prin·
cipal objeto era puramente temporal. Nico–
las
Pellevé.,
Arzobispo
de
Sens, que
presidi6
á
la de
1
5
67, lo declar6 formalmente. Sin
embargo esta misma Asamblea
se
ocup.6 en
lo espiritual .,
pues
pidi6
la
recepcion
del
C oncilio de Trento ,
y
present6 al Rey un
uaderno sobre diversos puntos de Disci–
plina
y
de Policía Eclesiástica.
Su
exem
plo
se ha seguido siempre por. las Asambleas que
se celebráron
despues~
hasta nuestros dias. El
Clero
de Francia
freqüen·temente
ha
seña–
l ado su zelo,
condenando los
errores
con–
trarios
á
·la fe , las máximas peligrosas que
se dirigen
á
trastornar-
-las reglas de la
n1o–
ral ,
y
los libros en
que
se enseñan las unas
y
las otras. Este derecho de fallar sobre
Ia
doctrina,
del qual hizo uso en todas las oca..
siones adonde el interes de la Religion lo
ex~gia,
está formalmente expresado en los
poderes
que
da
á
los Diputados cada
Pro–
vincia. No ignora el Soberano el
tenor de
estas Actas ,
y
'Se presume
que las autoriza,
consintiendo en que
se expidan
con~tante
ment~
en
la misma forma,
y
aun
mas, vien-
do