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cuentan masó menos el santo sacramento de
~
Confesion. Si se
consigue~
que todos perseveren en su frecuencia, ese será siempre
un pueblo fiel
y
moralizado; pero si paulatinamente van entibian–
dose
y
dejando esta saludable práctica, se desmoralizará poco á
poco hasta volver al deplorable estado anterior. Esta es la cronica
de los pueblos. Hable por una vez siquiera la verdad. ¿Por qué,
como observaba
Voltaire~
en los monasterios no se han perpetrado
los grandes crimene-s, sino que han florecido en ellos
y
florecen to- ·
davia grandes virtudes? Porque en ellos se frecuenta semanalmente
la confesíon. ¿Por qué en otros conventos se introduce la relaxa–
cion? Por qué se omite la frecuente confesion. ¿Quienes son en
los pueblos
y
ciudades los hombres mas morigerados, mas honrados
y
mas puros en sus manejos
y
negocios?.Son por lo comun los que
frecuentan la confesion. ¿Cuales son las mas fieles esposas
y
las
mejores madres de familia? Las que frecuentan la confesion. ¡,Cuales
son los matrimonios mas felices? Los que contraen los jovenes
y
las
niñas que frecuentan la confesion. Ella es la que forma la virtud en
la adolencia, la que conserva la virginidad en la juventud, la que
refrena las pasiones en la civilidad. Ella es en fin la que purifica
y
santifica todos los estados de la sociedad religiosa, porque en el plan
divino de la redencion humana, la confesion es la moralizadora
y
salvadora del mundo.
Omnia sub correctione sa'nctce Romance Ecclesice.
AD
MA.JORE~i
DEI GLORIAM .
~
.
'
Fll .