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53-

.

pié

<le

la tereera credencia,

tonia

el cáliz, la pntena, dos

µnrificndorcs, una

cttcharita de

oro,

y

rwsn

á

ht

creden–

cia papal,

ncorupa~1etdo

de un acólito llevando las

viria–

gcras Yacíus

y

una

copita. Purifkachs

y

lavadas

estas

piezas, el

Oredenciario

lleDa

las

vinagcras de vino

y

agna, habiéndolo áutes

probado,

y

se llevau

a.J

altar.

Luego

el Curdenal_:_diácono

tomR

tres hostias de b

cnja, que 1e presenta abie'rta el

Pro1ado-8acristan,

y

las

coloca en líiiea recta ,sobre la patena,

eercD.

de la

cual

se pone el

copon de formas

para

la

conmnioll

de los Car–

fü•nales no preshíteros.

'l~erminado

el

Credo

el

Santo Padre dice el

DominilS

vob1'.scum,

y

la Capilla, en música rnnY' celebrada

de

Fe–

Jjx .A_nerio, canta

el

ofortorio.

Un

ConRerrndor

trae el

aguamanil al Papa pura qno se lave las manos,

y en se–

guida vá Su Sanfüi!:ld al

altar,

acorn

p~1üado

del

corte.jo,

como

cuando

fué

al

trono.

Antes que Su Santidad llegue al rtlt2r. es

cqstumbre

hacer la

prueba

de

las especiefl que ván

á servir

al

¡::am·i·

ficio de la manera siguiente: ül diácono torna una de las

tres

hostias

y

la

entrega

al

Preluclo--sacristan;

luego

to- ·

ma otra de lm1

dos

que quedan)

y

despues do tocarla

i:rt·

terior

y

exteriormente al cáliz

y

~i

la ·patena, la consig–

na al mismo Pre}ado-sacristan, quien debe consumirla

al

momento, jnntamente con

la

primera,

manteniendo

la

cara vuelta hfoia el

Papa. La

tercera

y

última hostia

se

emplea en el sacrificio. · Conduida esta operacion, el

Cardenal

torna

las

vinageras de vino

y

~gua

y

vacéa

un

poco del licor en la

copa,

·y

8e

1a

dá al Prelado--sacris-

tan

qt1ien

bebe

inmediatamente

el

contenido.

,

,

l1a

rdsa

continúa

8egun

el rito cornuu.

Un poco ántes

del

p1'~facio,

un maestro de ceremonias

á

traerá los

do8

últimos ·cardena1es diáconos

y

los

coloca

á

los costados

del

altar, uno

en

frente de otro, en

cuyos puestos permanecen todo

el

tiempo que el Papa

está en el altar, como dos

álige1es

que velan

el

sepulcro

del Salvador.

'

La elevacion de Ja hOS,tfa

y

del cá.liz la hace el Santo

Padre de tal inodo, que la puedan ver todos, porque dá

vuelta con las

especies.:á:sn ~

derecha

y

á

su izquierda. Du–

rante Ja elevacion, las trompetas suenan,

y

la guardia '

'

I