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A los
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R. y Charissimos Hermanos Dcan , y Cabildo de su Santa Iglesia.
~lctl'opolitanu,
y
á
los Curas.
y
Beneficiados, Clero de nuestro Arzobis–
pudo, y dumas dilectos nuestros uhditos,
csta.nll'S,
y habitnntes en el.
N el Reyno, que no e:; de e:;te Mundo, pero que,
para ll egar al goze de su felicidad eterna, han
necesitado, los que le hazen fuerza, y le con–
quistan, principalmente, los que
en~eñan
sus ca–
mino~,
establecer un :M:ona.rquico Govierno, en
que, bajo de una visible,
y
universal cabeza, se
propaguen otra. , que en todas partes velen, y
den luces, siempre ha sido desde su primitiva
fundacion la celebridad de los Concilios, y Sy–
nodos el mas seguro organo del divino numen,
por donde ha comunicado
á
su Iglesia la enseñanza de to–
da la verdad Catholica, ha prescripto las sagradas reglas,
con cuya guia la. disciplina ha caminado egura en todos
los embates de los Siglos;
y
finalmente ha sido el medio,
con que las costumbres se ha.n ilustrado con virtudes,
y
la
Iglesia, Esposu. del Dios hombre, se ha adornado con la
Santidad de tantos Siervos suyos:
Por
esso un Sabio Obis-