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de san Pedro, cosa que no se dijo por ningun. otro
apóstol. La fé, profesada por este es sin duda la fé
de todos y de cada uno de ellos; pero san Pedro es
quien la expresA, y quien habla
<i
nombre de todos,
como la cabeza del cuerpo humano habla por todos
sus miembros. He aquí en Pedro la cualidad de gefe
que no puede oscurecerse : he aquí la primacía que
brilla aun 'en esta interpre_tacion. Otros muchos pa–
dt·es bajo el nombre de piedra entienden al mismo
Jesucristo, que ha fundad0 la igl'esia ,sobre sí propio.
Launoi ha re'cogido
ace~ca
de esta interpretacion
gran número de testimonios, segun los cuales Jesu–
cristG es la piedra angular y el fundamento esencial
sobre que descansa el magnífico edificio espiritual de
la santa ciudad de Dios. Pero como esto no excluye
los otros fundaméntos secundarios, cuales sgn l0s
doce apóstoles, tampoco impide que en este último
género san Pedro sea·el fundamento principal.
Jet~u
cristo .quiso que Pedro llevase aun en el nombre la
imágen de esta cualidad, y par dársele, desde el pri–
mer momento que le vió muda su nombre en el de
Pedro; nombre que no fué dado á ··ninguno de los
otros apóstol'es, aunque todos sean fwndamentos y de
consiguiente imágenes de Jesucristo, que es el
fun~
damen~o
esencial. Simonzes el único cuyo nombre
haya mudado el hijo de D-ios, dándole· otro del todo
misterioso y singular. De donde se infiere que asi co–
mo Jesucristo es la piedrn fundamental,. y el único
esencial fundamento de su iglesia, .de
Ja .
misma ma–
nera quiso que ·Pedro llevase e1 nombt'e ·de esta pie–
dra y fuese su imágen. "Tú ser-ás llamado Pedro,
y
sobre esta piedra edificaré mi iglesia':" es decir; so–
bre mí, que soy la piedra, y sobre tí, .que eres la imá–
gen. La palabra
swper ltanc pet1'atm\
reune ambas
i?ea~,
que
form~n
un solo concepto.
A
si pues ·las va–
rias m.terpretacwnes de los padres sin contradecirse
unas á otras, concurren todas á ·probav la primacía de
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