XLIU
dnsacreclitn,r semejanLc dortriwt, no ocmTc el Santo
á
la espli–
cacion de que, las lln,yes dado s '' P edro debi!111 pennon ecer
eH
la Iglesi>t, sino á que
á
esta
fueron dadas,
y
que al Teci birlas
Pedro, había. una. signifi
caclou prof'nndll., en qu e el Apóstol ni
hacia. el primer papel ni deja.ba de figurar á
In,
I glesia- dwn
in
Petro petraJTI! non intelligwLt, et nol,.nt credere datas Ecclesice cla.••es
<f-a.
Arguye en seguida
á.
los Cataras, manifestándoles, que
pues ellos se se-paraban de la I glesia, no podían alegar derecho
- á.
conservar las llaves, sino que_"estas se les habían cuido de
las manos"-d,wn
miseri .... nohunt cTedere datas Ecclesice cla–
ves.
, ..
ipsi eas de manibus a711isen¿nt.
Digan nuestros lectores, si
tal modo de espresarse San Agustín, no es muestra de la se n–
tencia tantas veces enunciada pot· él,
y
si la frase "caerse las
llaves de las manos de los Cataras," podía tener un sentido tan
propio, si se hallaran en la mano de Pedro,, p ara trasm itirlas
á,
sus sucesores.
Para, que se penetren mas de la verd>1d de ló qu e decimos,
bueno será present>1rles otros pasajes de San Agustín, que dén
mas luz
.á
los que hemos cons iderado,
y
desc ubra.n ampliamen–
te su pensamiento. A l enca.rga.rse el Santo Doctor en el scr–
mon 76 de las p>1labras que J esucristo dirijió
á
San Pedro,
a l tiempo.deentregarle las llaves, dice que l>1 piedra _era Jesu–
cristo,
y
P edro figuraba
la,
Ig lesia,
ó
el pueblo
cristia.no-Chns–
lt«
pet1·a., PetntS popnlus ckristiwnus:
prosigu,e desenvolviend o
esta iden,
y
la reproduce en los sermon es 270
y
295. E s mas
notable, que haciendo memo
ria.en el cap.
21
lib.
1
o
de sus
Rt–
·tractaciones,
de "haber dicho
a.lg¡¿na Tez
del Apóstol Pedro, que
en él, como en una. piedra, fu é fundada la Iglesia.''- dixi
in
QUODMr LOCO
de
A
postolo P etra,
q'wd
in i
llo twnq¡¿Mnin petra
f'MI–
data sit Ecclesia;
observa lucg·o, "que
muciLisim.as-¡;eces
se ha es–
presado de diferente modo, entendiendo por la piedra á J esu–
cristo, de la cual recibió P edro el nombre
y
las !la,ves, en figu-
ra de la Ig lesia"....,._sed
scio me postea scepissimé sic exposu'isse .
. ... .
Petra amtern
eral
G'lt?·istus.
Es verdad que el Santo Doctor deja.ba, segun su habitu al
modemcion, qu e los lectores siguiesen la sentencia que les ¡;Ja–
reciese mas probab le;
y
no~otros
imita.ndo este ejemplo,
y
.i n
entrar en el exámen de este t)unto, decimos resueltamente
CJ)
presencia de los textos de San Agustin, que en su sentencia
propia, la, pied1a, era Jesucristo
y
no P edro, lo que llevaba s u
sentido mas allá de las esplicaciones futuras de nuestro Doctor
l\1oreno: que por e
so el Santo Padre no detenía su vista en
P edro, sino que la
adelanta.ba. hasta Jesncrist.o,
y
compadecía
á
Jos Cataras que no mira.ban el asunto ele igua.l
modo--1nise?'i
du.¡n in Pctro P etram nom inte/lig•¿nt;
r
que, volvamos
á
decirlo,