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Romanos Pontífices
y
concilios ecuménicos se separaron
dé
los límites de su potestad,
y
usurparon los derechos de los
Príncipes,
y
que ademas erraron en definir las cosas de fé
y
de costumbre.
Empero, aunque cualquiera puede conocer fácilmente
los muchos
y
graves errores que en esta Obra se contienen;
sin embargo, siguiendó las huellas de Nuestros predecesores,
hemos mandado, que en nuestra Congregacion de lnquisicion
universal, se examine dicha 0bra,
y
despues nos presentase
su dictámen. Nuestros venerables hermanos cardenales de·
ta Iglesia Romana, inqúisidores jenerales, prévia la censura
de clicha Obra,
y
examinados los votos de los consultores,
juzgaron que debia condenarse
y
pt·ohibirse dicha Obra, co·
mo que contiene doctrinas
y
proposiciones respectivamente
escandtz(osas, temerarias, falsas, cismáticas, injuriosas
á
los
Romanos Pontifices y á los Concilios ecuménicos; eversivas de.
la potestad, libertad y jurisdiccion de la Iglesia; erróneas•
. impías
y
heréticas.
Por tanto, oida por N os su relacion,
y
pesándolo todo
plena
y
maduramente, de acuerdo con los precitados carde–
nales,
y
tambien
mot~
p1·oprio,
á ciencia ciuta,
y
con la ple–
nitud de la potestad apostólica, condenamos
y
reprobamos
dicha Obra [en la que se contienen doctt·inas
y
proposicio–
nes notadas como mas arriba se dice) en todas partes
y
en
.cualquier idioma
y
en todas las ediciones
6
versiones hasta
ahora iml'resas ó que, lo que Dios no permita, se hagan en
adelante;
y
prohibimos sea leida
y
retenida esa obra,
y
ente–
ramente prohibimos la impresion, descripcion, lectura, re–
ttencion
y
uso de dicha obra á torlos
y
cada uno de los fieles
.de Cl'isto, aun á aquellos de quienes hubiera de hacerse es–
pecífica é individúa mencion
y
expresion,
y
esto bajo pena de
cxcomunion que se incurrirá en el mismo hecho,
y
sin mas
declaracion, por Jos contraventores; excornunion de la que
por narlie podrán ser absueltos, sino por Nos
6
por el Roma.
no Pontífice
á
la sazon existente, salvo en el artículo de · la
muerte.
Es nuestra voluntad
y
con autoridad apostólica maneJa–
mos, que todos los que tu:viesen dicho Libro
ú
Obra, sean
()bligados
á
entregarla,
y
consignarla en las manos de sus
respectivos ordinarios 6 de los inquisidores., tan luego como
llegasen á su noticia estas N uestras Lett·as Apostólicas, sil¡
que obste cosa alguna que hubiere en contrario.
Y para que estas N uestras Letras lleguen cuanto antes
á
no.ticia de todos,
y
nadie pueda alegar ignorancia, quererooil