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oraciones de tantos sacerdotes f>jemplares y de tantas vírgenes fervoro·
sas de que abunda toda la República, y que son el baluat te de la Reli·
gi6n y el pararayo de las cindadrs en tiempo de tempestad.
'l'ienen además Udes. una palanca poderosísima en la cooperación
fuerte, constante, energica
y
eficaz de las Señoras limeñas. quienes con
sn talento, decisión
é
inquebrantable firmeza puPden obtener los más
¡{loriosos triunfos, como los han obtenido en las crisis religiosas de más
peligro por las que ha pa ado el Perú.
Apiando con ardor el honorífico puesto que se
l~s
ha designado en
el Congreso y espero que la Sección de
~eñoras
será de un efecto de–
cisivo para la realización de todo lo bueno qne se proponga esa respe·
table Asamblea.
En cuanto al honor que me ha hecho el Consejo Central designándo–
me para formar el Congreso como representante del amor y del celo de
nnest.ros pueblos por la fe de nuestros mayores, no puedo menos de
apreciarlo en alto grado y aceptarlo con gratitud, dando gracias
á
los
miembros de la Comisión Organizadora por haberse acordado del inte
rés, amor y estunación que siempre he tenido por esa tierra bendita, y
de la buena voluntad que he mostrado de coadyuvar toda empresa jm–
ciosa qne tienda á promover los sanos principtos y la felicidad de nues–
tras Repúblicas.
He leído todos los documentos que Ud. se ha servido remitirme; los
Estatutos me parecen muy oportunos, el formulario se lo vuelvo acep
tado en todas sns partes, y lo demás que ha ht>cho y se propone hacer
~1
Consejo Central lo encuentro muy acertado y conducente al desea–
do fin.
Solo siento no poder asistir en persona, por
la~
dolorosas circunstan–
cias de mi rlestien·o, pero sm duda estaré presente con el espíritu, re
servándome para mejores tiempos, es decir, para sostener más tarde, lo
que ahora se ha comenzado con tanta gloria.
Entre tanto, rnego á Ud, señor Presidente, se digne presentar el ho–
menaje de
mi
respeto y admiración al Consejo
Cen~ral
á quien se debe
la inidativa de tr.n grande obra,
y
Ud. acepte mi felicitación por los
grandes méntos que ya ha obtenido poniendo mano
á
una obra, verda–
deramente difícil y que snpone en quien la emprende mucha virtud,
grande abnegación é infinita paciencia para vencer todos los obstácu–
los que se presentan para que una grande idea reporte sus ópimos fru–
tos.
Con el mayor aprecio y consideración soy de Ud. afectísimo amigo
y
S. S.
t
Pobe1'fo Obispo de Guayaquil.
Sabadell, Agosto
22
de
18!16.
Señor D. Carlos
M.
Ellas.
Lima.
Muy Señor mío y de m¡ mayor C<•nsideración:
Acepto, con la mayor honra la amabilísima representaCión que ese
Consejo Central de la Unión Católica del l'erú se sirve conferirme pa–
ra los efectos rlel próximo Congreso Católico que va
á
inaugurarse en
esa Capital el d!a 8 del próximo r oviembre. De ella daré cuenta, Dios