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de la Moral Cristiana, es de necesidad urgente hacer comprender al
pueblo que cada vez que la sociedad ha querido desertar de la bande–
ra de Jesucristo y de su
J~lesia,
sacudiendo su yugo, el absolutismo,
la revolución, el socialismo, la anarqu!a han invadido las ciudades,
y
en breve tiempo la desolación se ha apoderado de los paises aún de los
más antiguos y los más fuertes.
Al felicitarnos pues con esos lltmos. Señores que sin duda ayudarán
con sus obr•s eficaces al pueblo, expresamos nuestra adhesión para to–
das las deliberaciones del susodicho Congreso Católico que serán san–
cionadas en el corriente año.
Y
para que los comunes votos tengan el deseado efecto, no omitire–
mos Pn estos días de dil"igirnos á la Virgen que Dios crió Inmaculada
para aumentar la piedad de los corazones, para que este Congreso
,]é
copiosos frutos.
Pedimos en fin
á
sus Señor!as Iltmas. de dignarse acoger la expre–
sión de nuestro profundo respeto con el cual nos felicitamos.
Por los jóvenes lectores de la Biblioteca Circulante Católica Gratui–
ta de Trast.,vere (Roma)
Salv<tl01·e Donali,
Presidente.
Frnncesco Longo, Urnberlo Bumtti, jjjonti_qh"o í ill01·io, Alfredo T•·ubt"ani,
Gttiseppe. Serafim", Zoppi Cesa1·e, E'dnwndo Conti, jjjacci Cesa•·e, Salva–
tore
.J.Yohili,
Ferra1·i Costa1tlino, Huelte1· Luigi, lJ.o11cini Guiseppe.
SOCIEDAD
de la
JUVENTUD CATÓLICA ITALIANA.
CÍRCULO S. VITO.
Noventa Vicentina, Provincia de Vicenza Italia, Setiembre
16
de
1896·.
Al Iltmo. Señor Presidente del primer Congreso Católico del Perú.
Lima.
Por medio del humilde sotoscrito, este C!t·culo de S. Vito de la Ju–
ventud Católica Italiana, aplaudiendo con toda la efusión del alma
á
la iniciativa de los Católicos Peruanos que se reunen en un primer
Congreso se une en esp!ritu
á
sus deliberaciones é implora del
Seíl.orlos más copiosos frutos
y
ventajas para los verdaderos interese
s de laSanta Iglesia Católica y la libertad del Augusto Prisionero del Vati–
cano.
Si la enorme distancia nos separa corporalmente, nuestra santa Fe,
nuestro Credo, el amor á Jesucristo
y
á su Vicario en la tierra nos une!
Oh nación del Perú! Os saludo pues tus hijos poseen verdaderamente
tanto amor al Santo Padre.
Os saludo á vosotros también hermanos en Cristo porque compren–
déis tan bien las verdacleras necesidades del momento.
Italianos y Peruanos esclamemos: Viva León XIII!.
Pre entando mis humildes homenajes, tengo el honor de decirme:
Humildísimo erv1dor en Cristo.
Giovanni Zata.
Presidente.