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Heiligensteds Eichfeld, Alemania 25, Setiemure 96.

Al

Pr~sidente

del primer Congreso

(

atóhco del Perú.

La

Congr~>gación

"Üonstantia" deEea el éxito más completo al pri·

mer Congreso Católico de Lima.

Regler, Kúnemund, Rhemld?ider.-Comité.

"El Eco de Italia", cliario político, cotidiano, ilustrado de Génova,

patria de ( ristóbal l'olón, manda 11n ardiente y sincero saludo de so–

Jidarid!td cristiana á le>s hermanos católicos dfl la ilustre república Pe–

ruana, reunidos en Cougreso. con Jos más fervientes votos de éxito,

gloria y triunfo. ¡Viva León Xlll!

El director

Mgr· Dt'o. Parodi.

Riposto, Provincia de ('atania, Sicilia.

lltmo. Señor Presidente:

Habiendo sahido por los diarios que en Lima se reunirán el 8 de No–

viembre los Católicos Peruanos para tener aiH el primer Congreso Ca–

tóhco, el alma de los catóhcos mesineses y especialmente de los que for–

man el Comité Diocesano. se han alegrado granuemente.

En los momentos difíciles que atraviesa la Iglesia de Jesucristo, es

muy justo qne sns hijos se reunan, orgamzados, para defender sus de–

rechos.

Y1endo este impulso de la fe en el Perú

y

esta iniciativa de acción

católica tan deseada por el Snmo Pontífice León XIII este Comité se

permite enviar á V. S. l ltma, como Presidente del Congreso, un voto

de simpat1a, de admiración y de aplanso, expresándole también la con–

fianza que el

Congr~so

será fecundo en nnmerosos frutos.

Con los sentimientos de la más perfecta estima, tengo el honor de

suscnbirme de

V. S.

lltm!t. Dev. y•Obedmo. Servidor.

Pedro Pennisi.

Presidente del Comité Diocesano de Messina.

Roma, Abril

25

de 1896.

Los jóvenes lectores do la Biblioteca Circulante Católica de 'l'rastevere

en Roma á los lltmos. Señores que forman el pnmer Congreso Ca–

tólico del Perú que se tendrá en Lima en el corriente año -de 1896.

llnstrísimos Sl'ñores:

lnando más se enfurece la cruel lucha de la impiedad contra la Fe

Católica, tanto más deben los católicos armarse de valor para el com–

bate.

Si consideramos con alguna atención el origen de la perversidad de

nuestro tiempo, es imposible no llegar á reparar

y

á

persuadirnos que

deriva de la corrupción del corazón.

l'ara conseguir que se enmienden aquellos que han hecho divorcio

con la Religión Católica y prevemr á aquellos qne podrían ser engaña–

dos por los enemigos de Dios, es de gran utilidad el despertar la prác–

tica <.le las buenas obras que este Congreso Católico propondrá y apro·

hará.

Con la intención pues de renovar en las ánimas los sanos principios