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que la Iglesia se vió con dos Papas, dos Concilios
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generales y amenazada de un nuevo cisma. Pero
las hábiles medidas dtt Roma le ganaron
mu- ~
chos partidarios; y el Concilio de Ferrara, tras-
j
ladado á Florencia, terminó sus sesiones
en ~
1447 .
.Yiientras tanto los obispos de Basílea con
i
su obstinacion desacreditaron su asamblea y sc 'l
separaron, teniendo que abdicar Felix V. Así ª¡'
quedó triunfante la omnipotencia papal y frus–
trados por segunda vez los proyectos de refor–
ma. En el Concilio de Florencia se unió nue–
vamente la Iglesia griega á la latina reconociendo
la autoridad del Papa y admitiendo que el Es–
píritu Santo procede del Padre
y
del Hijo.
Concilio de
T1•ento -
Este Concilio, el
último ecuménico que la Iglesia ha celebrado,
fué convocado por el Papa Paulo lll, se reunió
en la ciudad de
Trento~
en el 'firol, en
1545
y
terminó en
1563
durante el pontificado de Pio
IV que lo confirmó. Esta célebre asaµ1blea que
se reunió en tres épocas distintas celebró
~5
se–
siones: once bajo la
pre~idencia
de los legados
d~
Paulo lll, de las que ocho fueron en
T~ento
y
tres en Boloña,
á
donde se transladó el Con–
cilio
á
causa de una peste; despues de tres años
de receso volvió
á
reunirse en 'frento bajo el
pontificado de Julio
111,
celebró cinco sesiones
y
tuvo que disolverse
á
consecuencia del triunfo
de los protestantes sobre el emperador; despues
de los pontificados de Marcelo 11 y Paulo IV
fué
convocado nuevamente por Pío IV, volvió
á
reu–
nirse en Tren to, des pues .de ocho años de clau–
sura,
y
celebró sus ocho últimas sesiones. Tres
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