![Show Menu](styles/mobile-menu.png)
![Page Background](./../common/page-substrates/page0070.jpg)
6a
JUEVES SEGUNDO
.
-
..
..
Lá
epístqía es
del capít.
17
de/profeta Jeremiat. _
Hcec dicit Dominut Deru:
M
a·
ledictut homo
,
qui confidlt in
homine' et ponit carnem bra–
chium . suum, et
a
Domino re–
cedit cor ejui. Erit enim quari
myricce in ·aererto, ' et non vi–
debit cum venerit bonum: sed
habitabit in riccitate in deser–
to, in terra salsuginis, et in–
hf1bitabili. Bene!f-ictut vir, qui
confidiÍ in Domino, et erii Do–
minus fiducia ejus. Et erit qua–
.si
Jignum quod tranrplantatur
super aquar, quod ad hr.miorem
rhittit radices suas, et non ti–
mebit cum venerit cestus.
Et
e'.rit folium ejus viride' et intem–
pore siccitatis nonerit solicitum,
nec aliquando d-esinet facere
fructum: Pravum est cor
om–
r,¡ium, et inscrutabile: _qui.r cog
noscet
illud?
Ego Dominus
.rcrutanr cor, et probans renes:
q,ui do
unicuiqu~
jaxta viam
iuam,
et juxta fructum adin–
v entionum súarum: dicit Do–
minus
omnipotens.
1
Esto dice el Señor: Maldito el
hombre que confia en el hombre,
y
se apoya sobre un brazo de car–
ne, y se 'aleja su corazon del Se -
ñor. Palique será semejante al ta–
mariz · del desierto,
y
cu~ndo
ven–
ga el bien no _le dii;frutará, sino
que estará en lugar seco en el de–
sierto, en tierra salada, y que no
.se pue\ie habitar. 'Bendito el hom–
bre que confia en el Sefior,
y
es
el Señor su es_peranza.
Él
será co–
mo el árbol ,que se trasplanta cer–
cano á las aguas, que con la hu–
medad echa sus raíces,
y
no teme–
tá cuando venga el estío. Y sus ho–
jas estarán verdes, ni tendrá reze–
los en tiempo de sequedad , y nun–
ca dexará de dar fruto. Perve rso es
el corazon de todos, é inescrutable;
¿
quién
le
conocerá? Yo el Sefior
escudriño el corazon, y di.stingo los
afectos ;
y
soy
el
que da-á cada uno
segun sus obra ,
y
segun el fruto
de sus pensamiencos; dice el Señor
omnipotente.
NOTA.
,, El profeta. Jeremías era hijo del sacerdote Releías,
,, del lugar de AnatE>t en la tribu de Benjamin. Empezó
"á
profetizar el año
13
del reynac;lo de
Tobía~,
que co–
·~.fre~pqnde
al · año del mundo 337.S, y antes de Jesucris-
" to 629.
·
._
• 1 ,
.
R,
E F
LE
XI O
~E
s.
Mal
-
haya
el hqmbre que
pone su confianza en
el
hombre.
No debe espantarnos el que haya en el mundo tantos in–
felices: no debe espantarnos el ver aun todos los días esas
revoluciones
tan repentinas de familia, de estado, de
for-