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DE CUARESMA.

oye de su bóca. Se mueve, se persuade, se convierte cuando

se predica, no menos con los exemplos, que con las pala–

bras. Un zelo que se exilta todo en palabras, hace poco

fruto. Jesucristo empezó á hacer antes de enseñar.

Ccepit

Jesus /'acere, et docere.

iEste exemplo es por ventura

muy

seguido~

El Salvador echaba en cara

á

los fariseos,

que ligaban fardos pesados, y que no se podi-an llevar,

y

que los ponfan sobre los hombros de los ótros, al paso

que éllos no querian ni aun moverlos con el dedo. Si estos

doctores inmortificados de la ley empezasen practicando

en sí mismos la moral severa de que hacen ostentacion, hay

moti vos para creer que serían

m~nos

.rígidos. ¡Qué compa- .

sion! Se pretende darse á

conoce~

y

adquirir fama por una,

rídicula reputacion de severidad

y

refor:ma. iPor qué no

comienzan por sí mismos? Reformen ese orgullo secreto,

que es el grande móvil, y el principal resorte de

la

ma–

yor parte de sus acciones: ese refinamiento de sensualidad

con que buscan todas las comodidades de la .vida, aun

cuando parece que huyen 9-e éllas. Reformen esa maligni–

dad ' en el pen ar, qué hace juzguen tan mal del próximo.

Reformen ese fondo inagotab!e de envidia, que se desa ta

á

todo paso en injurias, en

mur~utaciones ,

en calumnias.

El

zelo encuentra un ,gran campo que desmontar en nos–

otros mismos. ipara qué alquilarse á lo ótros, cuando fal–

tan obreros para el cultiv·o de su propio campo? En ver–

dad que la caridad nunca daña al que la exercita. Seamos

santos: muestren nuestras acciones qae somos siervos de

Dios: juzgue el pueblo por nuestra conducta que somos

unos varones de Dios;

y

á

buen seguro que nuestraslecciones

y

nuestras instrucciones serán eficaces: n<? se puede creer

que la palabra del Señor sea verdadera en la boqi de un

hombre que la desmiente por su conducta. Se mita siem

J

pre ante de escuchar.

i

Qué fruto no haría un padre, una

madre de familias, cuyos exernplos fueran todos otra tantas

)e

iones~

Se experimenta mucha indocilidaCl en los hijos,

se

quejan de la negligencia

y

poca fidelidad en los criados,

e grita , se repr nde; pero se corrige poco, porque se

edifica mal. Los domés ticos

y

lo hijo e t udian ma en

la a ciones , que en las palabra de los que los gobiernan .

reen iempre qu aquéllas deben er intérprete de é las.

Si

1 in truccione e pantan

y

aterran, las acciones aquie-