DESPUES DE
PENTEGOSTES. .
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dres hacen aquí una reflexior1, que despues debiera abr:r
los ojos, y ab1andar el corazon
él
aquel pueblo ciego y
endurecido: les hacen ver que han perdido la prercgati–
va d'e pueblo privílegiado , de pueblo escogido,
y
que
han puesto el colmo
a
su iniquidad , cometiendo el mas
horrible de todos los delitos.
Le hábia prometido Dios
a
David conservar su poste–
ridad .por todos los siglos, y hacer durar su trono
tanto
co010 los cielos :
Pmiam·'in·
s¿eculum J;teculi semen ejus
,
&
thronum ejus >Sicut die's creli.
Esta promesa no puede enten–
derse de la descendencia de
D :i vid . se~un
fa
carne. Su tro–
no fué -arniinado
y
destruido
:desde
el tiempo
de
Sedecías
y
de
Nabucodonosor; y ha mas de dos mil años que
ya
no
subsis
A
Pues aunque
Zo~obabel
a
la vuelta
de
•la .cautiv
i–
dad
exercici~ aigun~autoridad
sobre
IS
U nación, nadie se .
atreverá a decir que
.reyri,
ni tampoco
ql.legobernas,e con
una autoridad absoluta.
·En
tiempo de ·J
... sucristo·ya
no
ha- ··
bia entre los judíos sin0 una sombra de•rey no;
y
aun este
fantasma de rey no no subsistia en la raza de .David; pues
Herodes, que llevaba el nombre
de
-rey·, era idumeo,
y ,
descendia de Esaú. Desde
e}
siglo de Jesucristo,
o
quando
mas un siglo despues,
1no
~e
distinguió quién era
y
quién
no de la raza
o
familia de David; la que se extioguio ab–
solutamente ,
u
de
tal suerte se confundió con las ot ras
familias de la nadon , que
ya
no es posible distinguirla,
ni probar que existia todavía. Y así, la promesa heeha
a _
David~
de un reyno perpetuo, no. se cumplió sino en Je–
sucristo; quien sin disputa es de la raza de David.
E ste
di–
vino Salvador reyna
y
reynará eternamente, no solo co–
mo Dios, sino tambien como Hombre-Dios, que exerce su
imperio sobre el verdadero Israel , sobre el pueblo .esco–
gido, que son los cristianos,
y
sobre toda la Iglesia, en la
1
que exerce
su dominacion espiritual por sus ministros:
Si
autem derelfnqueri,nt fflii ejus
l~gem
meam:
Si su posteridad
llega
a
abandonar mi
ley ',
si violáre lo que
hay
de mas
santo en mi ley:
Si justftiasmeas profanáverint,
tomaré en
mi mano la vará para castigar sus iniquidades: los castiga–
ré rigurosamente por sus enormes delitos; pero sin embar-
1
go, no romperé·la alianza que contraxe con David: no apar· (
1
1
taré mi
miserieo,rdia
de él: no me volveré atrás de la pa-
1
labra que le dí:
Misericórdiam
autem mett..m.
non dispérgam
l
..
Tom. V.
_
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ab
1
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