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QQMINGO VEINTE Y QUATRO
siempre el último del año eclesiástico , aun
quando
hay
mas de veinte
y
quatro domingos despues de Pentecostes;
porque entónces se p
onen despues de
veinte
y
tres los do–
mingps
qu~
quedároi;i
des.pues.de.la
Epifanía;
pero
este do–
mingo
;Ve~nte
y
qµft:tf
<? se reserv_a siempre para el último.
y par'!
iefminar
el
añ~
eclesiásticq,; el qual
h~biendo
co"'.'
menzado en
el
primer domingo de Adviento, acaba siem–
pre
en el
domingo veinte
y
quatro despues de Pentecos–
tes.
P.otes~e
..motivo la Iglesia ha elegido para este dia el
eva
ngeJ(o del
Jqi~ip
final ,- ,S,egunJo trae San M;iteo, aJ
qual ·se llama comunmente el
ev~ngelio
del .fin del mun–
do.
La
epístola que p,recede
a
este
evang~lio
se tomó
de
la exhortacion que hace San .Pablo
a
los fieles de Colosos
para excitarlos.
a
teger una vida digna de Dios , dedicán-
4ose
a
agradarle en todo ' llevando
fruto~dfJ
toda especie
·de buenas obras,
y
c~eciendo
c4d(l
dia mas en
la
inteligen–
c ia .espiritual,
y
en la práctica
y
cumplimiento de Ja vo7'
l~ntad á~
i;>ios ,
~n
lo
qual
consi~t~
toda
la
perfeccfon cris–
~tana.
Puede decirse que esta eptstola es como el resúmen
.de las ºinstrucciones que encierran todas las otras, de las
.que es como el epílogo
y
uná
corta recapitulacion. El
in–
tróito de la
mi~a
del dia es el mismo que el del domin–
go
ant,ec°edente. Colllo algunos de los domingos que prece–
_d~n
a
éste
pueden
ser supernumerarios,
no
se les da sino
un
intró.ito coriiun
a
todos.
.
Dicit Dóminus: Ego cógito cogitatitfnes paeis,
&
no111
afjlictionis
:
znvocabit is me,
&
ego exáudiam·vos
~
&
redu–
cam captivitátem vestri am, de cunctis locis:
mis pensamien–
t os ~
dice
el
Señor .,
sof(p~nsamientos
qe paz, de suavidad,
d-:
misericordia,
y
no dé
ira y
de ·desolacion. Me invoca–
réis ,
y
yo os·
o~ré
,
·Y
os congregaré , sacándoos de en
m t!dio de todos los pueblos
y
lugares en que os ' babia
esparcido
y
arrojado:
De cunctis locis ad qutt? éxpu–
li vos'
dice el _texto : para hacer
c~nocer
a
los judíos,
que su cautividad
y
todas sus desdichas eran justo
cas–
tigo de · sus pecados,
y
que no debían buscar ocra cau–
sa
de ellas.
Así.,
desde
·el
punto ·que se vuelven
a
Dios
por
una
sincera penicencia, se aplaca el _Señor, les per-
' dona
lo pasado,
y
les
hace decir
por
el pro fe ta
Jere–
mías,
que
les
va
a
saca r de
su
cautividad:
Et
redzlfam
capt ivitdtem vestram
de
cunctis locis.
Los
santos pa-
-
·ares