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SEGUNDO ViERNES

los .que se

convierten~

;,

Por ventura creo haber- hecho has;.

tante ·para salvarme? Y si estoy precisado

á

confesar que

no

he hecho

todavía

casi nada,

i

por

qué no em¡rezaré des–

de ahora á hacer algo? ¿Acaso cr·eo que mi salv.acion ha

de costar un dia mas barato?

i

ó qué lo que yo hago es

de

mayor mérito que

mi

salvacion?

Pero Dios es bueno: Jesucristo mereció el cielo para

nosotros: .el haber muerto poi:· todos los

hom~res

les da

á

todos derecho á su gloria. Bello principio,

y

que nos

se–

ría

saludable, si supiéramos sacar de él conseqiiencias .cnas

legítimas. Dios

~s

bueno;

i

y

por qué somos nosotros

tan ma–

los? Dios es búeno :

i

pues por qué le ofendes.? Jesucristo.

ha muerto por salvarte :

i

pues

por

qué no

quier~s

traba -

jar én tu salvacion

?

Bella respuesta para él hijo de Dios

évta : Señor ,

i

no habeis vos padecido

bastante~

.i

que ne–

cesidad babia

que yo padeciesf;!? Vos habeis muerto por

mí ;

i

era menester que yo viviese para

vos~

iNos atre–

verémos

á

confiar

en

su pasion, miéritras seamos enemi–

gos de la

Cr'UZ

1

Apliquérnonos el mérito de ella como el

apóstol.?¿ Quando dirémos como él?

z

Cumplo en mi carne

lo que falta de los- dolores

y

tormentos de

Jesucristo~

Lo diré desde ahora, dulce Jesus mio, no

se

dirá yá ·

mas que

lo

dilato.

Lo

que vos h.abeis hecho por

salvarme, _

me da una justa idea del precio y valor de mi salvacion, y

me

enseña perfectamente lo

que

debo

hacer.

Dadme vues–

tra gracia, Señor, para que no sean iqlÍtiles todas estas

resoluciones. Desde este momento todo va á ceder

á

mi

salvacion.

,

.

JACULATORIAS PARA

ENTRE EL

DIA.

Die ánimtt? mett?:

Salu~

tua ego sum.

Salm. 34.

Haced , Señor, que yo oyga dentro de mí mismo que vos

sois mi salvacion.

,

Momentáneurn

&

leve tribulationes nostrte

:::

tetérnum gló·

rlcé pondus operátur in nobis.

2.

Cor. 4.

¡

Que gozo ; Dios mio , quando pienso que mis aflicciones

presentes; que no duran sino un momento

y

son tan lige–

. ras , producen en nosotros

un

peso ete!no de gloria

!

PRO-