Table of Contents Table of Contents
Previous Page  16 / 356 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 16 / 356 Next Page
Page Background

6

SEGUNDO DOMINGO

erat Verbum .,

&

Verbum erat apud Deum,

&

Deus erat

//erhum:

El Verbo ex1stia desde el principio;

y

el Verbo

estaba en Dios,

y

el Verbo era Dios. Pero si Jesucristo ha–

ce

á

los tres discípulos testigos de su gloria en el Tabor,

quiere que lo sean asímismo de su agonía en el huerto: dán–

donos

á

enteEJder con esto el Salvador, que no da parte en

sus dulzuras á los que no la toman en las amarguras de

su pasion.

.

Asímismo para hacer testigos de sú transfiguracion

á

los discípulos , los desvia de la muchedumbre,

y

los lleva

á

la cima de un monte muy alto : lo que todavía practíca

el dia de hoy con las almas fieles;

á

las que se manifiesta,

llevándolas al retiro, .

y

elevándose ellas sobre los objetos

criados. Esas almas baxas, que arrastran toda su vida sobre

la tierra, son indignas de los favores celestiales que hace

Dios á los que aspiran á la perfeccion. Ese cuerpo que hoy

se vé desfigurado, abatido, consu!Dido con los rigores de

la

penitencia, resplandecerá como un sol por toda una eter–

nidad. Este pensamiento ha sostenido en todos tiempos,

y

sostiene el día de hoy á tantos cristianos fervorosos ,

á

tan–

tos santos religiosos en los rigores de la mas austéra peni""

tencia. Las dulzuras espirituales son aún en esta vida los

frutos de la cruz. En medio de aquella gloria, que resal–

ta de todas partes : en medio de aquel dia resplandecien–

te, que se puede llamar dia de

triunfo~de

la sagrada huma–

nidad de Jesucristo,_ este divino Salvador no habla sino de

las humillaciones de

su

muerte, y de sus tormentos. De .

donde se jnfiere , qux _ -"

~ C\tiano

debe poner toda

'su

glo–

ria en la mortificacion y en ·, cruz.

No quier.a Dios,

de–

cia el apóstol ,

que yo me glorie- 'ltra cosa, que en la cruz

de nuestro Señor Jesucristo.

El

~..

' l'

no permite á los

testigos de su gloriosa transfigurac ,

'blar. de ella sino

despues de su resurreccion, temiendo \,•

la publicacion

de este prodigio impidiese

su

pasion.

¡

Co

~xttaña

!

Para

hacer patente su gloria escoge Jesucristo \ ·monte des–

viado de todo comercio : solo lleva consigo

ut\ , '

pocos tes·

tigos, á quienes encarga el silencio

y

el secrel\ · de lo que

han visto. Pero quando se trata de padecer

un

muerte

afrentosa, escoge un monte expuesto á los ojos de 'da Je–

rusalen. Así confundís

¡

ó

divino Salvador! nuestr

1rgu•

llo con vuestro exemplo.

\