· DE
QUARESMA:·~ ~
.3
que .el
perdon
que ·espero m
e concedais .; po,nmas graves,
é
immmerables-iqiíe·
sean
·iínis
pecacl.os.Es cosa: bien Clara,
que lo
que obUgó á todos los profetas,
!·~
particularmente
á
David en ·sus salmos,
á
admirar
y
ensalzarle
á
toda ho–
ra con unos térmi nos.que parecen de ·entusiasmo, la mise·
ricordia de Dfos sobre todos
los
aemas
atributos, es el ha–
berse dignado
haéers~
hombre para redimir al hombre
con
su
muerte de c.ruz. En efecto , la encarnacion·
y
la
reden~
cion son unos misterios incomprehensibles,.
y
muy
propios
para excitar nuestra confranza,
y
nuestro arre.pentimiento• .
·
·Por lo que mir'aá la epístola, de1que se compuso el ñtre- :
vo .oficio de esite domingo ·, no se ·tuvn por necesario ·repe- ·
tir
fa
del
l >.fició
del sábado antécedente ; perp se tomó un
a sunto
muy
s·emejante de entre tlas· instrucciones .ql!le San
Pablo
da
'á
fos de Tesalónica en·'la
~
ismacar,ta ,-para ea- .
señar á los
fieles
á
vivir santamente
en.el.mundo'
y
ade–
lantarse en los caminos .de
la
p~rfecc
ion.: O s.rogamos..,
di–
ce
d
apó.stol,
y ,_os conjuramds·
en~l!!
.
nombre.Je".lesucrista,
á
que andeis sin oesar
y.
sin llesrwayar un
panto·, po.r
}Q&
ca–
minos d:er'Dios.; 0hservando.stis 2mandamientQs,
y ·
agradán–
dote continuamente, como-os·lo hemos enseñ
ado.No
os bas–
ta haber empezado· tan bien; es neée$ario q.ue persevereis,
y.
os adelanteis ·cada dia mas .ycmas. :. NoJgnocais los pre–
ceptos que os he dado·,de parte de
Di0s,
y
lo que Dios es–
pera de vuestra· fidelidad:
La voluntad de Dios es que seais
santos.
i
Que verdad .de may
or consuelo,
y
mas propia pa–
ra animar. vuestro zelo
y
el
des.eode vuestra perfeccion
!
Nada desea Dios mas
sincerar ,~
....-- _]Ue vuestra saLvacion:
no
hay
uno entre ·vosotros / ,,,quien no llame Dios ·á la san–
tidad. Esto fué l.o oue
~r
/¡opuso quando os llamó á su ser-
vicio : por esto el
or dívino exhorta en tantas partes
á
todos los cristi
J
a que vivan de una manera tan pura,
tan santa, tan
eprebensible; en una palabra, de un mo-
do digno de
ocacion :
absteneos de toda
impureza.
La
menor falt'
ntra esta delicada virtud mancha el alma,
y
la hace he
fble á-los ojos de Dios. Acordaos, continúa, que
vuestros ;)lerpos son templos del Espíritu santo; no los pro–
faneis
e
n
la mas ligera mancha. Un cristiano debe tener
una
e
cie de respeto
y
veneracion
á.
su cuerpo por ser
mier
,ro de Jesucristo.
i
No sabeis, dice el mismo apóstol
á!lr
corintios (
1.
Cor.
6. ), que vuestros cuerpos son miem·
Az
bros