NOVIEMBRE. DIA
xxvr.'
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DIA VEINTE Y SEIS.
San Pedro, patriarca de Alexandría,
y
mártir.
P
OR
muerte
del patriarca San Teonas
fué
colocado
en
el trono patriarcal de Alexandría San Pedro : varon
recomendable por la santidad de su vida, por su profunda
inteligencia de la sagrada Escritura,
y
por su fervoroso ze–
Jo
de
la propagacion
de
la fe. Habiendo sobrevenido la
gran
persecucion de Diocleciano
y
Maximiano , se
v
ió precisa–
do
a
salir de Alexandría, y
a
correr de provincia en pro–
vindá para consolar
y
para fortalecer
a
los fieles.
Exhor–
taba
a
los santos confesores que estaban en las cárceles
el
que no saliesen de ellas sino para recibir la corona del mar–
tirio: sostenía
a
los que estaban para caer,
y
levan taba
amoro amente
a
los caídos. Entre éstos
le
lastimó doloro–
samente Mdecio, obispo
de
Lycopolís en Egipto. Convo–
có en Alexaadría un sínodo para deponerle, y con
efecto
le depuso' porque habiendo ofrecido incienso
a
los dioses
falsos, era inevitable que experimentase los rayos de la
Jgle ia.
Dichoso si se hubiera reconocido! Pero añadiendo
culpas
a
culpas, formó un cisma de que se declaró cabeza.
Lloró el santo pa tor e ta discordia intestina: erabajó quan-
, to pudo para pacificar los ánimos' reduciéndolos
a
Ja
uni–
dad
de
la santa
f;
católica; pero en medio de eso se
man–
_tuvo firme,
y aunque
sufrió con invicta paciencia todas las
injurias con que le maltratáron los cismáticos, nada bastó
· para
que
cediese un punto de su teson ni de su vigor epis–
copal: en nada faltó de lo que le pedía sq obtigacion, ni
cejó
en la
mas
mínima
cosa que interesase
1)1
dignidad
de
su s:igrado mini-sterio. Dispuso unas reglas en órden
a
los
apóstatas penitentes, tan discretas, tan sabias
y
tan santas,
dirigidas por una parte
a
reparar la honra de Jesu-Christo
ultraj do'
y
acomodadas por otra
a
la flaqueza de los que
habian
caído
en_ aquel
tiempo
de
prueba,
que la
Iglesia las
'
re-
·•