AÑO CHRISTIANO.
ma que hace los exercicios espirituales con negligencia,
que reza
y
ora sin atencion, que freqüenta las confe io–
nes sin enmienda·, las comuniones
y
misas sin fervor ,
y
hace todas sus devociones sin fruto. En semej nte estado
mi ra el alma el exercicio de las grandes, de las heróicas
vi r tudes, con una diferencia, que degenera presto en dis–
gusto. Siente no sé qué desmayo en el servicio d.e
Dios
que la inclina
a
hacer todas las cosas con floxedad y con
descuido. El desmayo pa'Sa mur en breve
a
•fi
queza ,
y
és ta llega
a
ser tanta ' que la hace duro' pesado '
in so~
portable el yugo del Señor. En semejante lastimosa cons–
t itucion se expone sin escrúpulo
·a
ocasiones peligros s,
se derrama indiferentemente el espíritu
a
todo género de
objetos, y el corazon se entrega casi sin remordimiento
a
mil. perniciósos des_eos. Entónces si se hace alguna
C?
a
buena , es solo por bien parecer , por costumbre , por m–
clinacion
natura.l , . por
humor
ó
por capricho. Se asiste
como de .cump 1m1ento
el
cltrw.s
at.""tos
piádosos
el_
que pre–
cisa la obligacion ;
y
como se guarden cierta5 medidas,
como se observen ciertas exterioridades de religion , que
bastan para evitar la nota
y
la reprehension de los que
deben zelar su observancia, se hace poco caso de agra–
dar
ó
no agradar
a
Dios ,
ó
por mejor decir, apénas se
hace cosa que no le desagrade. Se dexa fácilmente indu–
cir .el alma
a
cometer todo género de culpas veniales con
pleno conocimiento
y
con tal deliberacion, haciendo con
tedio
y
con disgusto aquellos exercicios espirituales, de
que no se puede dispensar. Se trata con desvío,
y
se mi–
ra con no sé qué secreta aversion
a
las personas virtuo–
sas; porque su virtud es una importuna censura, su fer–
vor una muda, pero penetrante reprehension de la t ibie–
za. Solo se gusta de tratar con los imperfectos, y se sien–
te cierta oculta propension ácia los ménos observantes.
Agrada mucho su con versacion ,
y
celebran sus chanzo–
netas, sus zumbas. sus satíricas mordacidades contra Jos
devotos
y
contra los que ellos llaman
Beatos.
Gúst· se de
los imperfectos, porque sus modales libres
ó
poco
reli~f
o–
sos
autorizan la relaxacion. De aquí nacen aquella c; amis–
tades particulares siempre perniciosas
a
esos imaginarios
amigos : de aquí aquellas insulsas bufonadas con que se
burlan de la escrupulosa puntualidad de loi buenos: bu-
fo -