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t 76

AÑO CHRISTIANO.

timiento tan vivo

y

una contricion tan perfecta, que las

perdone Dios por sus.

misericor~iosas

·entrañas con los pe...

cadores,

y

una humilde confes10n absuelve de los mayo–

res pecados. En la mor.tifica;:ion de

l~

carne y en las

pe–

nitencias del cuerpo umdas

a

los méritos de Jesu-Chrtsto

hay fondos para pagar nuestras deudas; pero todas estas

satisfacciones

no

alcanzan para la murmuracion. Detesta

en buen hora

tu

pecado con honor : despedaza tu cora–

zon con el mas vivo dolor: confiesa tu éulpa con la ma–

yor sinceridad : haz que tu cuerpo sufra la pena que me–

reció tu lengua murmuradora: no hay cosa mas justa, no

la

hay mas loable, no la hay mas importante; pero to–

davía

te falta una obligacion indispensable: aquella

per–

sona inocente , cuya reputacion manchaste , tiznaste , de–

nigras e·, pide de justicia la restilucion: ni Dios

te

quiere

conceder

el

perdon hasta que repares aquella grande in–

juria que la hiciste; hasta que se lave aquel crédito man–

chado ; pero esto te parece tan fácil!

- Es la fama aquella buena opinion que los hombres

tie–

nen de la honra , de la virtud

y

del mérito de los otros

hombres. IJa murmuracion destruye esta buena opinion

en el concepto de aquellos

a

quienes se manifiesta : cómo

se podrá

reparar~

Es una luz que apaga la murmuracion:

cómo se volverá

a

encender~

Con qué arte, con qué in–

dustria se podrá conseguir que doscientas ó trescientas

'Personas depongan el mal concepto del próximo que

ya

se

las sugirió

~

Cómo se podrá desengañar

a

.un

pueblo

entero de la mala opinion

que

se le inspiró ,

y

que

autori~

.zó

la.

inclinacion natural

<l

creer siempre lo

peor~

Y

aun

quando sea posible la pública retratacion de un murmu–

rador convertido, restituirá nunca

<l

la inocencia,

a

la vir..

tud, al mérito aquel lustre, aquel esplendor que le

quitó~

Desdígase uno quanto quisiere, el concepto no se muda

tan fácilmente. Tanta verdad es , que el daño de la

mur~

muracion es casi irreparable; y que este pecado con suma

dificu tad encuentra perdon.

Sin

embargo, pocos pecados

hay

mas generales, pocos

de

que

se arrepienta ménos. Se murmura con tanta

faci–

lidad como. se habla: desmaya la conversacion si la

mur-

1nuracion no

la

anima: se murmura burlándose, se

mur–

mura con cólera , se murmura

por

humorada

y

por cos-

tum-