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AÑO

CHRISTIANO. ·

El evangelio es del cap.

t

4.

de San Lt¡car.

I

'N

Úl~

témpore_,

dix~t

Je.rus

turbzs: Sz quzrvenzt ad me,

8

non odit patrem suum,

8

ma~

trem,

f.3

ux.orem,

8

filios

,

8

fratres,f.3 soróres,qdhuc autem

S

ánimam suam, non potest

;,,eus esse discipulus. Et qui

mn

b4julat crucem suam,

8

v enii

post me, nón potest meus esse

discipulus. Quis enim ex vobis

volens turrim cedificáre

,

non

prius sedens cómputat .rumptu.r

qui neces.rárii sunt

,

' si hábeat

ad Rerficiéndum: neposteáqudm

posúerit fundaméntum

,

8

non

potúerit pe1'ficere, omnes qui vi:

dent

,

incipiar¡,t illúdere ei

,

di–

céntes: Quia hic horno crepit cedi–

ficáre,

8

non pótuit consumm4-

re? Aut quis rex itúrus com–

mittere bellum advé.rsu.r álium

regem' non sedens prius cógi–

tat, si possit fUm decem mllli–

bus occúrrer? f!i, qui cum vi–

gínti millibus venit q,d se? Alió–

quin, adhu.e

i

/lo long

e

agéntr:,

legationem mitten.r rogat

ea,

qu12

pacis sunt. Sic ergo omnis

ex

pobis, qui non renúntiat óm–

~ibus

quce ·póssidet, non ¡otest

f(Je~u

e¡se

disctpulus.

E

N aquel tiem·po dixo ·Jesus

a

. las turbas: Si alguno viene

a

mí '

y

no aborrece

a

su padr:e;

a su

madre'

a

su muger. ' sus hh

j.os,

sus hermanos

y

sus herma–

nas

'

y

aun

a

su propia vida ·'

n~

puede ser mi disdpulo. Y el que

no · lleva su cruz ,

y ·

viene en

pos de mí , no ·puede ser mi dis–

cípulo. Porque , quién de ' voso..

tros , ·queriendo edificar uná tor–

re , no computa ántes · despacio

los gastos que son necesarios

pa~

ta V€r si ·tiene con qué acabarla,

a

fin de que' despues de hechos

los cimientos ,

y

no pudiendQ

concluirla , no digan

todo~

los

que la vieren: Este hombre

co:_

menzó

a

edificar '

y

no_ pudo

acabar

1

O qué

rey debiendo

ir

a

campaña contra otro rey,

no medita ántes con sosiego, si

puede presentarse. con diez m!l

hombres al que viene ·contra el

con veinte mil

1

De otra suerte,

aun quando está

!JlUY

léjos ; . le

envia embaxadores con propo–

siciones de paz. Así , pues, qual–

quiera de vosotros que no reiwn–

cia

a

todo lo que posee , no

·pu~de ser mi discípulo.

MEDITACION

J?E

Ld

MVR _MURACIO?f.

PUNTO PRIMERO.

C

onsidera que la mutmuracion es un

vicio

universal–

mente odioso, tanto

a

Dios como

a

los hombres.

A Dios , porque siendo por su esencia el mismo amor

y

la misma caridad·, es consiguente que tenga una esencial

opo-