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NOVIEMBRE. -DI-N
X.
el ministerio , todas son obligaciones de un eclesiástico:
podrán ser
desatendidas~
.
Te
queda~te
en el
siglo~
mi D io
.!
Quántas obligacio·
nes de conciencia, que son otras tantas de religion! Qué
rect itud , .que buena
fé
en el comercio ! Qué honradez, qué
propiedad en toda la conducta! Quánta multitud de obli–
gaciones respecto
a
los hijos, y respecto
a
la familia ! Quán–
ta oblígacion del buen exemplo, y quántas reglas de bien
par~ce~
Y.
de decenc:ia que son otras tantas obligaciones!
Es el mundo la reg10-n de las pasiones ,
y
por lo mismo
debiera ser el lugar de su supHcio. En ninguna parte es
mas necesario combatir contra ellas
y
vencerlas. Es res–
pecto de la sal vacion un pais enemigo donde continua–
mente es menester no dexar las armas de las manos. Con–
sidérese ' pues ' si en este est.ado se sufrirán almas ociosas
y
cobardes.
En fin , lograste la dicha de abrazar el estado religio–
so~
Pues quántos
y
quán delicados cargos, quántas y quán
estrechas obligaciones te imponen tus votos ! No debes
considerar tus reglas como unos meros consejos que tie–
nes libertad para seguirlos
ó
para no segui rlos. Tus cons–
tituciones
y
tu instituto comprebenden muchos deberes
que es obligacion tuya no ignorar: de estos :documentos
se ha deformar el proceso decisivo de tu suerte. Buen Dios!
qué digna de compasion es una persona religiosa ménos de- ··
vota
y
poco regular
!
Quién la podrá asegurar en la hora
de la muerte sobre el cumplimiento de sus
obligaciones~.
Ningun estado dexa de tener las suyas.
y
en el cum–
plimiento de ellas consiste el mérito
y
la virtud : qualquie–
ra otra devocion
es
ilusioh, es error. Esta es la mejor
prueba de que la santidad está en la mano de todos: nun–
ca nos faltan los auxilios necesarios
y
proporcionados
el •
nuestras necesidades: la gracia está pronta; pero no lo es–
tá nuestra fidelidad
a
la gracia. .
1
•
•
Una,
y muy
grande es, Señor , la que
me
concedeis
en
darme ocasion para hacer estas reflexiones : qué desgra....
cia será Ja mia sina me aprovecho de ella
!
No lo permi–
tais, Señor: tomada
e~tá
ya mi resolucion: de hoy en ade–
lante toda mi
aplicacü~n
y
todo mi
estudio ~ será ,
median–
te
v\le~tra
divina
gr~cia,
·aprender bien inis obligacio-
nes' Y dedicarme
él
desempeñarlas. • '
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