NOVIEMBRE.
DIA
IX.
1
33
caput.
Dos incendios ha padecido esta iglesia, uno el año
de
1308
en el ponti6cado de Clemente
V
,.y
otro
el
de
1361
en
el
de lnocencio
VI,
y
en ámbos
fué
ventajosamente
reparada, adornada
y
enriquecida. En el primero se vió
con exemplar admiracion que las mismas señoras roma–
nas
tiraban los carros cargados de piedra para lograr el
mér ito
y
la gloria de contribuir
a
la r p:uacion de aque–
lla primera Basílica del mundo christiano com0
la llama
el papa Gregorio lX. Antiguamente eran regulares los ca·
nónigos de San Juan de Letran; pero fuéron secula riza–
dos por Sixto IV el año de
147r.
Los reyes de
Fra~cia
tienen la presentacion de dos prebendas en consideracforí
de lo grandes beneficios que hiciéron
a
la Iglesia.
En la
de San
Juan de Letran se han celebrado cinco conciiios
gene rales
y
otros muchos particulares.
El
primero
y
no–
veno de los ecuménicos se convocó el año de
1122
en el
pontificado
de
Calixto
lI,
y
se halláron en él
300
obis–
pos.
El
segundo
y
décimo general, el de
1139
en tiempo
del papa Inocencio
11,
contra el anti papa Pedro de
Leon, .
y
los errores de Arnaldo de Brescia, discípulo de Pedro.,'
Abaillardo,
en
que .presidió el mismo pontífice
a
la
fren–
te
de
mil
prelados.
El
tercero, compuesto de
300
_o bis–
pos, en tiempo de Alexandro 111, el año de i'.79. 'El i¡uar–
to
y
décimo general
fué
convocado pór el papa lnocen–
cio
Ill
el año de
1215 :
asistiéron
en
persoba · tos patriar–
cas
de
Constantinopla y de Jerusalen; y por sus dipu
1
ta–
do lo de Alexandría
y
Antioquía, habiéndose hdl lado
ea
el concilio
7
r arzobispos , 340 obispos,
y
mas de
800
aba··
?es
ó
priores. Fuérop
cond~ados
en
él
los albigenses,
JUnramente con los errores
de
Amaury
y
dd
abad Joa-,
.quin.
El
quinto comenzó el año de
1512
en
el
pontificado
de Julio ll ,
y
no se concluyó hasta el de r
s
17
en el de
Leon
X,
siendo el décimotercio ecuménico
y
general.
Ordenó San Silvestre
que
en adelante no se pud iese ce–
lebrar el sacri ficio de la misa sino en ·altar de piedra, por–
que c.lespues de los apóstóles
y
hasta su tiempo'
a
cau–
sa de las perse uciones, como solo se decia misa en orato–
rio particulares, en lugares subterráneos
ó
en cementerios..
se celebraba en altares de madera, como lo ,era
.el
alta~
en
que el príncipe de los apóstoles celébraba el -divino.
acrificio, siendo su
figura
como
de
un atahud o
de
una
1 3
ar-
(