AÑO -CHRISTIANO.
siendo cierto, que es grande esiorbo para la perfeccion el
·tu–
multo bullicioso del.mundo.
P~r.o-,
y
qué no les dixo so–
l>re los consuelos , delicias ·
y
dulzuras que. se gustan en la
soledad' ! Quanto •mas nos apartamos del mundo, mas
íntimamente se nos comunica Dios. Y quién podrá expli–
car lo que se pasa en estas amorosas comunicaciones
!
Pué–
dense, sí, sentir e tos qeliquios amorosos; pero declarar–
-se con palabras , no es posible. Despues que San Leonardo
animó con estas voces de fuego
a
los nuevos athletas , que se
le víniéron
a
ofrecer para emprender la carrera de la v1rt'ud,
señaló
a
cada pno su labor. Eran siete las familias que habian
venido
a
buscarle en el desierto :
a
cada una distribuyó su
pordon del bosque para que la cultivase y se mantuviese
con
los
frutos de la
ti~rra.
Habiendo , en fin , llegado
a
una
extremada vejez; pero mas rico de méritos, que cargado
de años, cerró los ojos del cuerpo
él
la luz del dia para
abrir los del alma
a
la de .la eternidad el dia seis de no–
viembre, aunque el año no se sabe
a
punto fixo.
Hí–
zole Dios tan célebre por los milagros despues de su
muerte, €Orno le habia hecho por los mismos durante su
vida·:
y
la multitud de cadenas que los cautivos traxéron
a
su sepulcro, acredita el amor que los conserva
y
con que
los mira desde la feliz estancia de la gloria. Referirémos
dos sucesos. El vizconde de Limogés mandó hacer una
cadena
d~
peso enorme para poner terror
a
los delin–
qüentes ,: dándola el nombre de la
Mora.
Los infelices
que eran amarrados
a•
ella padecian diferentes tormentos:
en el verano el calor del sol lbs derretia,
y
en el invierno
la nieve que caía sobre ellos los helaba. Sucedió que ttn
dia
fué
puesto
a
esta terrible cadena cierto hombre ino–
cente , qtJe profesaba particular devocion
a
San Leonardo.
Estando ya
a
punto de espirar,
1y
no pudiendo invocar con
la lengua
a
su santo .protector, le habló así coa el corazon:
Qué.es.e'Sto ., Santo mio
!
Tú qrte eres tan benigno con los
f~
rasteros ) ·con los extraños, abandonarás
d
un familiar tu–
yo qu.e te invoca
~
·que está inocente
y
que te ha servido
-toda la
vida~
•Vate .pr..iesa
d
socorrerme,
y
no
aguardes
a
que espire.
A:pénas acabó esta breve oracion quando el
.Santo se le. apareció rodeado de resplandores,
y
le dixo:
Consuélate: no morirás, vivirás pa1"a dnunciar las mara-:
villas del Todopode.rw.o: levántqte, toma Ja Mora en tus ma-
nos,