NOVIEMBRE. DIA VI.
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condido
a
los ojos de el, mundo para ser únicamente ·cono•
cido en los de Dios ; pero la voz 'de los milagros es mas
sonora que la humildad : quando aquella grita, no es fácil
esconderse. No puede·el sol ocultar su luz. Es Dios ad–
mirable en todos los Santos ; mas no hace por el ministe–
rio de todos los Santos los mismos milagros. El nuestro
fué
bien singular en una ·cosa,
y
era, que el que se encomen–
daba
a
Dios por la intercesion de San Leonardo; aunque
estuviese cargado de cadenas , se hállaba .puesto en 'liber–
tad, sin que
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lo estorbase, ni Ja seguridad de las prisiones,
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la vigilancia de
los
carceleros. Venían los cautivos de
muy léjos
a
presentarle los grillos que se habían hecho pe–
dazos en sus pies solo con. invocac el nombre del Santo.
Quando se supo en la familia lo que pasaba en Lim,ogés ,
y
quando entendiéron sus parientes las maravillas que hadan
:célebre su nombre en todas partes , dexávon su tierra
y
sus
haeiendas, y tomáron el camino dél desierto. Sorprehen–
dido de verlos en él, los dixo:
Es bueno que yo .ralí
hu–
y endo de vosot1·os, y vosotros venís. corriendo tras de
mi
!
Qué quereis
?
.Quereis que vayamos todos juntos
a
la casa
de nuestro Padre celestial? Todos nos pone"mos en·tus manos
(re pondiéron ellos):
no nos apartarémos de tze lado.: mués–
tranos el camino de! cielo
:
enséñanos el secreto de agradar
d
Di~s,
porque todos queremos vivir
y
morí: ;n su
ser-vi~io.
Movido el Santo de sus palabras, los repl!co, que habien–
do envejecido en el desierto, los podía asegurar ,que jamas
le babia faltado la divina providencia.
·Ni
cómo era posi·
ble que esta amorosa· pro.videncia , cuyos .tieraos ojos se
extienden
a
todas las criaturas del universo ' dexase de vol–
verlos favorablemente ácia los que se consagran
a
su ser–
vicio
?
Asegurólos , pues , .que la providencia del Señor
babia siempre estad'o atenta
a
sus necesidades
,_y
que si
'él , siendo un miserable pecador , babia experimentado
constantemente los efectos de su ainable providencia,quán-–
to mas seguramente los experimentaria el
justo~
Que éste
nunca sería abandonado, ni mendigaría el pan su posteridad:
que el que cubre con tanta pompa
y
con tanta magnificen–
cia los lirios del
campo~
no neg?.ria el sustento corporal
a
las criaturas racionales que se empleaban en alabarle.
que estaba persuadido
a
que Dios solamente los babia trai–
do al desierto para facilitarlos el camino de la salvacion,
G
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