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AÑO CHRISTIANO.
do, perece de hambre el mismo Jesu-Christo en la per- ·
sona de sus pobres.
Aun quando no · te mueva tu propio interés en la
Jimosna , debe moverte la consideracion de los muchos
bienes que puedes causar, y de los males que puedes
evitar con ella en tus hermanos. Tal vez mantienes ea,
la
debida sumision
a
un hombre, que' cansado de arras–
trar las tristes cadenas de su infortunio ' estaba ya
a
pique
de acabar su vida en la desesperacion mas horrorosa. Tal
vez conservas en la inocencia una castidad vacilante , que
no pudiendo resistir
a
los duros golpes de la hambre,
reunidos muchas veces con las mas vivas
e
importunas
. solicitaciones' siente
a
un tiempo mismo el rigor de la
miseria ,
y
el riesgo del honor y la conciencia. Cuenta,
si puedes , en este caso los pecados que evitarías con
sola una limosna
!
Consuelas acaso
a
unos miserables,
que baxo el peso de los males que los oprimen , no sa–
ben si deben llorar mas la privacion de los bienes de
. fortuna,
ó
la conservacion de su vida moribunda :
a
.unos miserables , que unidos por los vínculos mas estre–
chos de la. sangre
a
otros tan infelices como ellos' aña–
den al dolor de su propio tormento el de ver
padece~
a
aquellos que mas aman. Por cortas que sean tus limos–
nas , sostienes la confianza del pobre , enjugas sus lágri- ·
mas ,
y
derramas en su pecho una .felicidad , que le ani-
ma y le fortalece.
·
·
Oh , gran Dios
!
y
qué
a
poca costa me habeis he–
cho facilísimo el medio de salvarme
!
Es vuestro sin
disputa todo quanto tengo , y me premiais como si hi–
ciese una gran cosa, quando os vuelvo lo qut de Vos
he recibido. Ahora quisiera yo tener riquezas inmensas
·para ponerlas
a
ganancia en vuestros pobres. Dadme, mi
Dios, esta santa codicia , y apartad de mí la que es
origen de todos mis delitos.
J
ACULA,.ORIAS.
Jucúndus homo qui miseretur,
&
cómmodat.
Salm. rrr .
Qué agradable
a
Dios es el que tiene misericordia
con los pobres
!
Beá-