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..

AÑO .CHRISTIANO.

tísima Virgen en

la

Iglesia

de San

Estevan.

.

No

podia sufrir el enemigo comuu

tant-t

inncen–

ci.a' y tanto fervor en

un

joven de

.tan tierna edad'

y

le acometió con una t entacion ,' que era

la ma.,

capáz

de trastornarle. Sugirióle con la mayor viveza , que ·en va-

- no

se fatigaba , puesto que era del número de los precí–

tos , y que asi, hiciese lo que hiciese, infaliblemente se con–

denaría.

El

horror

dd

Infierno , .el considerarse en el in–

felíz estado de los réprobos , el espanto,

y

la turbacton .

que esto le camó ,

le

llenó de· una melancolía tan pro-

. funda '

que poco

a

poco

le iba consumiendo ; hasta

que

fixando un - dia los ojos en un retrato de la San–

tísima Virgen ,

la djxo con extraordinario fervor ,

y

ternura ; Señora, si es tanta mi desdicha, que he de ser

condenado , y ·

he

de estar en la

~esgracia

de mi Dios

despues

mi muerte·;

a

lo menos quiero tent::r

el

con–

suelo de am·arle con todo mi corazon por

todo~

los días

de mi

vida. E sta

oracion tan devota ,

y

tan agena de los

sentimientos que sueJe tener una alma réproba, disipó

las

nubes, confundió al demonio ,

y

restituyó la tranquili

4

d.a.d

a

su corazon.

Habiendo acabado_sus estu4ios en París , pasó

de

orden de sus padres

a

la Ciudad

de

Padua

a

estudiar

en aquella célebre Universidad la Jurisprudencia, deba–

xo el magisterio del famoso Pancyróla. Escogió luego por

Director de su conciencia al Padre Posevino; y conociendo

este insigne J esuita en aquel joven un corazon segun el

eorazon de

Dios, se

aplicó c-0n el mayor empeño

a

pro–

porcionarle, disponerle, y habilitarle, para las grandes

empresas

a

que concibió tenia Dios destinada aquella alma

verdaderamente grande.

-

Envidiosos

los demás condisdpulos ,

ó

contem

po–

r aneos suyos de la itmiversal

estimacion que se babia

adquirido Francisco por su

singular virtud , armaron

a

su pureza un terrible lazo. Con cierto honrado pre:–

tex:to que fingieron. , le llevaron

a

casa de una dama cor–

tesana' que

a

los principios ·se fingió

muy

virtuosa'

y

muy

devota , y

le

dexaroci solo con ella. Lidió algun tiempo

contra

sus

ar tificios,

y

contra su desenvoltura; y fue tan

violen o el combate, que al

fin

no tuvo otro medio para

salir

del

peligro,

que tirarla

a

la

cara un tizon

que en-

con-